
Ernesto Che Guevara: siempre presente en el corazón del pueblo
Patrimonio de América y del mundo más que del país específica donde naciera, viviera o luchara, él continúa siendo en la actualidad fuente de motivación y enseñanza por la trascendencia de su vida así como por la significación y vigencia de los principios que expusiera en cartas, discursos, trabajos periodísticos, conferencias y en sus diarios.
Nacido en la ciudad de Rosario, Argentina, el 14 de junio de 1928 se sintió, ante todo, hijo de la gran patria latinoamericana, y como tal –según él mismo señalara- estuvo dispuesto a entregar su vida por la liberación de cualquiera de los países del continente sin pedirle nada a nadie, sin exigir nada, sin explotar a nadie.
Fue un hombre cuya actuación se correspondió siempre con una profunda motivación.
Siendo muy joven, en los recorridos que realizó por su país natal y otros de América Latina, entró en contacto con los hombres y mujeres humildes y puso sus conocimientos al servicio de ellos. Más tarde comprendió que con el esfuerzo aislado de un individuo resultaba imposible transformar la terrible realidad que padecían los pueblos, y que para curar el mal que lastraba la vida de millones de seres humanos olvidados y explotados, era necesario hacer la revolución.
Atento al palpitar de los acontecimientos de la tierra latinoamericana, un día decidió dirigirse hacia Guatemala.
Allí vivió, en 1954, la singular experiencia de ver cómo elementos reaccionarios, con el empleo de la fuerza y con el apoyo de Estados Unidos, provocaron el derrocamiento de un gobierno progresista.
Entonces tuvo que salir de este país y trasladarse hacia México, donde se reencontró con un joven revolucionario cubano que había conocido en Guatemala, y a través de él entró en contacto con Fidel Castro, quien en julio de 1955 había llegado a la capital mexicana con el objetivo de reorganizar el movimiento revolucionario que encabezaba con vista a reanudar la lucha de liberación en Cuba.
El Che Guevara el 25 de noviembre de 1956 formó parte del grupo de 82 expedicionarios encabezados por Fidel Castro que salió hacia Cuba a bordo del pequeño yate Granma.
Desembarcó por la zona suroriental del territorio cubano, cerca de la Playa Las Coloradas el dos de diciembre y tres días después recibió su bautismo de fuego en Cuba cuando los soldados de la dictadura batistiana atacaron en forma sorpresiva en Alegrías de Pio a los combatientes revolucionarios.
El Che en días posteriores fue uno de los pocos combatientes que logró reagruparse con Fidel. Aún en medio de condiciones extremadamente difíciles, con un número muy reducido de combatientes y de armas, él también ratificó su decisión de continuar la lucha.
Entre 1957 y 1958 el Che Guevara se destacó como un combatiente y como uno de los jefes más capaces de la tropa rebelde. Incluso fue el primero de los miembros del Ejército Rebelde a quién Fidel le otorgó el grado de Comandante y también fue jefe de la Columna invasora número 8 “Ciro Redondo” que salió de la Sierra Maestra y llegó a la entonces central provincia de Las Villas, donde también entre finales de octubre y diciembre de 1958 llevó a cabo importantes acciones, como la batalla de Santa Clara y además realizó una significativa labor política.
Tras la victoria popular de 1 de enero de 1959, el Che Guevara se convirtió en uno de los más queridos dirigentes de la Revolución Cubana, y fue capaz igualmente de, además de su labor dentro de las Fuerzas Armadas, de desempeñar con acierto varias responsabilidades, tales como jefe del Departamento de Industrialización del Instituto Nacional de Reforma Agraria, Presidente del Banco Nacional de Cuba y Ministro de Industrias, respectivamente.
También fue miembro de la Dirección Nacional de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) y del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba.
El Che representó a Cuba dignamente en varios eventos de carácter internacional y habló, entre otros lugares, ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas.
Consecuente con sus principios él también dio, como combatiente internacionalista, su contribución a la lucha de liberación de otros pueblos, primero en el continente africano y después en Bolivia donde libró su último combate el 8 de octubre de 1967.
Al ser herido y su arma estar inutilizada cayó prisionero y fue asesinado al día siguiente.
Su imagen y su nombre penetraron de manera esencial, en el corazón de los cubanos y de muchos hombres y mujeres en el mundo. Su actitud cotidiana, su sencillez, sensibilidad y capacidad lo hicieron merecedor de ese cariño y respeto
Acerca del Che Guevara Fidel expuso consideraciones en distintos discursos que pronunció, de manera muy especial en la velada solemne efectuada en la Plaza de la Revolución “José Martí”, en La Habana, el 18 de octubre de 1967.
En esa oportunidad destacó: “Che no cayó defendiendo otro interés, defendiendo otra causa que la causa de los explotados y los oprimidos en este continente; Che no cayó defendiendo otra causa que la causa de los pobres y de los humildes de esta Tierra.”
E igualmente aseguró: “y ante la historia, los hombres que actúan como él, los hombres que lo hacen todo y lo dan todo por la causa de los humildes, cada día que pasa se agigantan, cada día que pasa se adentran más profundamente en el corazón de los pueblos.