Especialistas del Hospital Docente Ginecobstétrico Ramón González Coro, de La Habana, celebran hoy el nacimiento de Merliah Victoria y Merleth Victoria, gemelas que desafiaron los pronósticos médicos sobre el embarazo monocorial.

Los embarazos múltiples siempre implican mayor atención médica y asombro para los familiares, amigos y, por supuesto, para los galenos.

Yailín Amaro llegó al hospital con 27 semanas de gestación, por remisión de su área de salud. Le diagnosticaron un embarazo “monocorial con transmisión feto-fetal”, una condición en la que ambos fetos comparten una misma placenta y un feto se nutre del otro, comentó en exclusiva para Prensa Latina la jefa del Servicio de Obstetricia del González Coro, Lisa Ramos.

El embarazo monocorial no es muy frecuente y tiene grandes complicaciones. Se plantea que uno de cada dos mil embarazos en el mundo hace este tipo de complicación  explica la galena.

De un 10% a un 15% de las gestaciones múltiples presentan tal complicación. De estos gemelos, se logra la supervivencia solo de un 15% a 70% de uno de ellos, por lo que resulta una entidad muy compleja de manejo perinatológico y neonatal, acotó Ramos.

Ante la singularidad de este embarazo y lo que lo hace relevante, la obstetra refirió que, incluso con las limitaciones afrontadas por Cuba a causa del bloqueo impuesto por Estados Unidos, el cual limita la adquisición de tecnología de punta utilizada en este tipo de casos, eso no impidió que la consagración de los médicos lograra traer al mundo a estas gemelas.

“Fue muy complejo el seguimiento, porque en estos momentos el manejo terapéutico intrauterino es muy limitado, ya que no podíamos hacer una fetoscopia que sería la solución a este problema”.

El fetoscopio es un equipo que se utiliza no sólo en estos casos, sino en otras entidades genéticas como son las cirugías intrauterinas. Si lo tuviéramos, no hubiésemos puesto unos pretérminos al servicio de cuidados perinatales del hospital”, agregó Ramos.

“Afectaciones existen, creo que eso no es noticia, pero cuando uno pone la parte humana, la parte sensible que nos caracteriza a los médicos las cosas se vuelven un poco más sencillas”.

Este caso, en otro lugar, se podía haber hecho por procederes invasivos intrauterinos, nosotros no tenemos la posibilidad y aún así trabajamos más allá y obtuvimos un resultado satisfactorio, concluyó la galena.

Por su parte, entre lágrimas, la joven madre Yailín cuenta la historia y con un nudo en la garganta expresa el mayor agradecimiento hacia ese equipo multidisciplinario que puso en sus brazos a Merliah y a Merleth.

( Con información de Prensa Latina)