
Aniversario 105 del natalicio de Celia Sánchez, la flor autóctona de la Revolución cubana
Nacida el 9 de mayo de 1920 en el poblado de Media Luna que en la actualidad forma parte de la oriental provincia de Granma, Celia Sánchez Manduley con el decursar de su existencia participó de modo activo en la lucha contra la dictadura batistiana y tras el triunfo de la Revolución desempeñó una fructífera y sistemática labor y siempre sobresalió por su sencillez y por su constante relación con el pueblo.
Precisamente acerca de ello en ocasión de inaugurarse el 27 de julio de 1983 en Santiago de Cuba el combinado textil Celia Sánchez Manduley, el máximo líder de la Revolución Cubana Fidel Castro manifestó:
“La compañera Celia era muy exigente, muy meticulosa en todos los detalles, muy cumplidora, muy esclava del deber en todos los campos: en la guerra, en la paz, en la construcción del socialismo en nuestro país.”
Celia cursó la enseñanza primaria en la escuela pública de su poblado natal y luego continuó estudiando en Manzanillo. Su juventud la pasó después en Pilón.
Al producirse en Cuba el 10 marzo de 1952 el golpe de estado de Fulgencio Batista, ella se opuso resueltamente al régimen dictatorial impuesto por la fuerza.
En julio de 1953 cuando se produjo el asalto al cuartel “Moncada” en Santiago de Cuba, Celia patentizó su solidaridad con el grupo de jóvenes revolucionarios que habían realizado esa audaz acción bajo la dirección de Fidel Castro.
Con posterioridad estuvo entre los fundadores del Movimiento 26 de Julio en la provincia de Oriente. Ya a mediados de 1955 tenía organizado un sólido aparato clandestino en la zona de Pilón.
En 1956 trabajó en preparar las condiciones para darle el apoyo necesario a la expedición encabezada por Fidel Castro que saldría desde México hacia Cuba y que se había previsto llegara por la costa sur del territorio oriental cubano.
El dos de diciembre se produjo el desembarco, pero tres días después los expedicionarios resultaron atacados en forma sorpresiva en la zona de Alegría de Pío, por soldados de la dictadura batistiana. Ello provocó una gran dispersión de los combatientes revolucionarios. Celia desempeñó entonces un papel muy significativo en el apoyo a los expedicionarios que habían podido eludir la persecución de las fuerzas de la tiranía y deambulaban por zonas rurales de la parte sur de la provincia de Oriente.
En febrero de 1957 Celia junto a Frank País y otros dirigentes del Movimiento 26 de Julio en la provincia de Oriente se entrevistan con Fidel en la Sierra Maestra para coordinar el desarrollo de la lucha revolucionaria.
Tras haber realizado una intensa labor en la organización y desarrollo de la lucha clandestina en distintas zonas de la provincia de Oriente, Celia se trasladó en octubre de 1957 hacia la Sierra Maestra y resultó ser la primera mujer que integró la tropa rebelde. Permaneció directamente con Fidel en la Comandancia General del Ejército Rebelde.
Tras haberse alcanzado el triunfo de la Revolución Cubana, en enero de 1959, Celia siguió desempeñando distintas funciones con gran modestia.
A partir de 1962 se le designó Secretaria de la Presidencia y del Consejo de Ministros.
En octubre de 1965 integró el Comité Central del Partido Comunista de Cuba que se constituyó y un decenio después se le ratificó tal condición en el primer congreso de la organización partidista.
En 1976 fue electa diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular y resultó también elegida Secretaria del Consejo de Estado.
Más allá de su desaparición física ocurrida en 1980 Celia sigue siendo fuente de inspiración para nuestro pueblo. Precisamente la periodista y poeta cubana, ya fallecida, Nancy Robinson Calvet, señaló en una parte de un poema titulado “Y aquí en el corazón del pueblo” en el que resumió la trascendencia y vigencia de la vida y obra de Celia:
…Si quieres hallarla una vez para besar su frente,
no la busques allí donde la luz es tenue,
donde el espacio es tan mudo y breve.
Allí no… búscala en la continua marcha,
en la lucha, en la abnegación, en el denuedo,
donde aparezca el alba y aquí,
en el corazón del pueblo.
También el poeta y decimista Adolfo Alfonso quién fue un destacado repentista, y una gran figura de la música campesina, inspirado en Celia señaló:
Flor autóctona, mujer
Hecha de miel y de acero
Radiante como un lucero
Que baña el amanecer.
Tú naciste para ser
Por la historia perpetuada
Y aunque la sierra empinada
Retumbó por la bravura
Nunca estuvo la ternura
Mejor personificada.
¡Oh paloma verde olivo!
Para rendirte homenaje
Habrá con otro lenguaje
Que inventar un adjetivo
¡Oh corazón combativo
Con más luz que el astro rey!
¡Oh discípula de Hatuey!
Esta dicha del presente
Es fruto de tu simiente
Celia Sánchez Manduley.
Además, entre otros muchos creadores que se pueden citar, Jesús Orta Ruíz, el Indio Nabori, le rindió homenaje a Celia Sánchez Manduley al señalar en un poema titulado
Celia la de Pilón:
Celia la de Pilón, desde su pura
niñez amó las flores de su tierra,
quiso ser una orquídea de la Sierra
y fue modestia, sencillez, ternura.
Estrella que alumbró la noche oscura,
en los días sangrientos de la guerra,
no es un silencio que el sepulcro encierra
sino una idea viva que fulgura.
Por sembrar sus orquídeas clandestinas
el sacrificio coronó de espinas
en la llanura, su cabeza indiana.
Pero por endulzar graves dolores,
en su tumba de dulce capitana
todos los días amanecen flores.