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publicado el 24/12/2025 11:53 am

Cumple siglo y medio de elegancia el habanero Hotel Inglaterra, Monumento Nacional

El hotel más antiguo de Cuba en funcionamiento, el emblemático Hotel Inglaterra, situado frente al Parque Central de La Habana, celebró este martes con una ceremonia solemne y galana sus 150 años de fundación. El acto, que reunió a autoridades, intelectuales y el colectivo de trabajadores, sirvió para coronar un siglo y medio en el que esta instalación ha sido testigo y protagonista de la historia, la cultura y la evolución del turismo en la isla.

El ministro de Turismo, Juan Carlos García Granda, encabezó el reconocimiento oficial, felicitando a los trabajadores y subrayando la "historia y elegancia" del sitio, así como su perdurable contribución a la cultura y al sector turístico nacional. Junto a él, estuvieron presentes el ministro de Cultura, Alpidio Alonso, y una representación de lo más granado de la intelectualidad cubana, como el poeta y etnólogo Miguel Barnet, la poetisa Nancy Morejón y la pintora Zayda del Río, lo que enfatiza el profundo vínculo del hotel con la vida cultural del país.

Fundado en 1875, el Inglaterra es Monumento Nacional y un referente arquitectónico de la capital. Su estilo decimonónico, que combina con estándares internacionales de calidad, lo ha mantenido como un inmueble señero. La propiedad corresponde a la cadena cubana Gran Caribe, mientras que su administración está en manos de la compañía canadiense Blue Diamond Resorts, un modelo de gestión mixta que, según se destacó, ha permitido una remodelación constante y procesos de restauración beneficiosos sin necesidad de cerrar sus puertas al público.

La celebración del sesquicentenario del Hotel Inglaterra trasciende el mero aniversario de un establecimiento hotelero. Se trata de la conmemoración de un símbolo de resiliencia y adaptación, un espacio donde se entrelazan la memoria nacional y los imperativos de la modernidad.

  1. Símbolo de Continuidad: En un país con una historia turística de altibajos, el Inglaterra representa una línea de continuidad ininterrumpida. Su capacidad de permanecer operativo durante 150 años, atravesando diferentes épocas políticas y económicas, es un testimonio de su importancia institucional y su arraigo en la identidad habanera.

  2. Modelo de Gestión y Conservación: El esquema de propiedad estatal (Gran Caribe) con administración extranjera (Blue Diamond Resorts) ejemplifica un modelo vigente en el sector turístico cubano. El acto celebró que este modelo ha facilitado la inyección de capital y know-how para la restauración y modernización, un desafío constante para el patrimonio edificado cubano. El hecho de que las mejoras se realicen "sin cerrar sus puertas" es un logro logístico y comercial relevante.

  3. Nexo Cultural Indisputable: La presencia de figuras como Barnet, Morejón y Zayda del Río no es un mero ornamento protocolario. Reafirma que el Inglaterra, por su ubicación privilegiada junto al Gran Teatro de La Habana y el Paseo del Prado, ha sido por décadas un punto de encuentro, tertulia y hospedaje para la vida intelectual y artística de la nación. Es un hotel que se piensa a sí mismo, y es pensado por otros, como parte del patrimonio cultural inmaterial.

  4. El Reconocimiento al Colectivo Laboral: El agradecimiento explícito del ministro García Granda a los trabajadores apunta a un elemento crucial: la sostenibilidad de un icono de este tipo depende, en última instancia, del conocimiento tradicional y el compromiso de su personal, muchos de los cuales llevan décadas sirviendo en sus salones, preservando sus tradiciones y atendiendo a generaciones de huéspedes.

Los 150 años del Hotel Inglaterra son más que efemérides. Demuestran que es posible conciliar la preservación de un patrimonio histórico monumental con las exigencias de un hotel moderno y competitivo. Su celebración, con la pompa y el reconocimiento institucional y cultural desplegados, confirma que este "Monumento Nacional con habitaciones" sigue ocupando, con elegancia y orgullo, un lugar central en el corazón de La Habana y en el imaginario turístico de Cuba.

Su desafío futuro será mantener ese delicado equilibrio entre la tradición que lo define y la modernidad que lo sustenta.

 


 



 

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