Una noche de pura esencia cubana: La Casa de Cultura Joseíto Fernández rindió homenaje a nuestra identidad
Bajo el cálido cielo habanero, la Casa de Cultura "Joseíto Fernández" se vistió de gala la pasada noche para ofrecer una velada inolvidable, un tributo a dos fechas fundamentales en el calendario de la nación: el Día de la Cultura Cubana y el aniversario 21 de la creación de la Brigada de Instructores de Arte José Martí.
El escenario de la institución cultural, nombrada en honor al creador de la “Guantanamera”, se convirtió en un espacio donde brilló el talento y la diversidad artística que habita en el corazón de Centro Habana. Desde las primeras horas de la noche, el ambiente se cargó de una energía festiva y un palpable sentido de pertenencia, donde la comunidad se reunió para celebrar lo más autóctono de su identidad.
El espectáculo, cuidadosamente concebido, por su director artístico Javier Alba Horta, fue un mosaico de expresiones artísticas. La música, como no podía ser de otra manera, fue la gran protagonista. Resonaron los acordes de piezas tradicionales y contemporáneas, honrando la herencia musical de la Isla. Los bailes, con la elegancia y fuerza de los jóvenes instructores y alumnos, dibujaron en el aire la historia de nuestro folclore, desde el danzón hasta los ritmos más actuales.
Más allá de la fiesta, la gala tuvo un profundo significado. Sirvió para conmemorar el vigésimo primer aniversario de la Brigada de Instructores de Arte José Martí, un proyecto sociocultural que por más de dos décadas ha llevado el arte como una herramienta de transformación social a los rincones más diversos del país. La noche fue un merecido homenaje a esos jóvenes que, con su vocación y esfuerzo, mantienen viva la llama de la cultura en escuelas y comunidades, siguiendo el legado de Fidel y de los grandes maestros del arte cubano.
Al unir esta celebración con el Día de la Cultura Cubana que se conmemora cada 20 de octubre en recordación de la primera vez que se cantó nuestro Himno Nacional, "La Bayamesa", la velada adquirió una dimensión histórica y patriótica. Fue un recordatorio de que la cultura no es un lujo, sino el arma más poderosa de la nación, y que espacios como la Casa de Cultura Joseíto Fernández son bastiones indispensables para su preservación y crecimiento.
Al final de la función, con el público de pie y los aplausos mezclándose con las notas de una conocida melodía cubana, quedó claro que la noche había sido más que un simple espectáculo. Fue una reafirmación. Una demostración palpable de que la cultura cubana, con sus instructores de arte al frente, goza de excelente salud, y su futuro, desde el corazón de Centro Habana, sigue siendo tan brillante y prometedor como la pasada noche.
Fuente: Dirección Municipal de Cultura de Centro Habana.
Foto: Tomada del Perfil de Facebook de la Casa de Cultura Joseíto Fernández