Rememoran antecedentes del origen de los Trabajadores Sociales
De los recuerdos de sus años de trabajo en el Secretariado Nacional de la FEU, a Silvano Merced Len lo marcó, de manera muy especial, una encomienda dada por Fidel a los estudiantes de la Universidad de La Habana, en el verano del 2000.
“Yo era el vicepresidente nacional de la FEU, ratificado en el Sexto congreso de la organización, en marzo de ese año, estábamos en medio de la batalla por el regreso del niño Elián, y existían en Cuba las Brigadas Estudiantiles de Trabajo, que llamábamos las BET. Eran 15 días de labor, básicamente en la agricultura, y los estudiantes nos preparábamos para trabajar, tener algunos ingresos y disfrutar de las vacaciones.”, recuerda.
Según refiere, el Comandante en Jefe convoca a Hassam Pérez Casabona, el Presidente Nacional de la FEU, a cambiar la misión: en vez de ir a las BET, que los estudiantes de la Universidad de La Habana fueran a los barrios, a hablar con la población, casa por casa, para que asistieran al acto por el 26 de julio, que se iba a efectuar en la Tribuna Antimperialista.
“La Habana era sede del 26 y había una situación muy compleja,” comentó Silvano.
“A mí me correspondió un grupo de estudiantes de la Facultad de Derecho. Bajamos por todo San Lázaro hasta Centro Habana, llegamos a los barrios y empezamos a interactuar con la población, a explicarles por qué estábamos allí”.
“Nunca se me olvida que todos nos quedamos impactados. Centro Habana, situada a unas escasas cuadras de la colina universitaria, con personas viviendo en situaciones muy complicadas, en cuartearías en los solares, muchas con dificultades para acceder a los baños, incluso, situaciones de desempleo”.

En los diálogos participaron varios estudiantes de la Universidad de La Habana, y la Tribuna Antimperialista se llenó, refiere, y añade que Hassam y otros dirigentes de la Juventud comentan al Comandante “lo impactados que estábamos nosotros”.
Concluido el acto, los universitarios fueron a una merienda preparada en el Círculo Social José Antonio Echevarría, “y hasta allá fue el Comandante, a agradecer lo que habíamos hecho, y nos anunció que hacía falta trabajar en las casas, volver a esos barrios”.
Iniciaron una segunda encomienda de Fidel. Todos los sábados, los estudiantes desplegados en los barrios más humildes, de todos los municipios de La Habana, primero en la realización de un levantamiento, persona a persona, de la situación de vulnerabilidad en que se vivía en esos lugares.
“Hay historias muy fuertes de aquel momento que uno recuerda, como 15 personas viviendo en una casa de dos cuartos y se turnaban para dormir”.
“Fidel le dedicó pensamiento a esa situación, a cada uno de esos lugares, ¿ como poder ayudar ?, ilustra Silvano, y describe la ayuda consistente, en colchones, literas, cunas, ropa y libros para los niños, entre otros bienes.
“El Comandante decía que había que llevar libros que ayudaran a la formación de aquellos niños, y llevamos Había una vez, El Principito.”.
“Lo menos impactante fueron los temas materiales. Lo que más impactó, en realidad, fue ese acercamiento y como las familias recibieron a los estudiantes universitarios”, precisa.
“Ahí surgen las Brigadas Universitarias de Trabajo Social, que es el antecedente directo de los Trabajadores Sociales, instituidos, después, como un programa de la Revolución, que se organizó y llegó a todo el país”.
Silvano explica que “fue en septiembre, en Cojimar, el acto de constitución de los Trabajadores Sociales, que después tuvieron muchas misiones, como parte de la Batalla de Ideas.”
“Uno se siente orgulloso de haber participado, de haber vivido de cerca esa preocupación y esa sensibilidad de Fidel por los problemas de las personas”, confiesa emocionado.
La FEU emprendió nuevas tareas orientadas por el Comandante en Jefe, “visitar a las personas que recibían bajas pensiones, y se les incrementó.”
Para Merced Len “fue como un relanzamiento de los Trabajadores Sociales, que existieron asociados a la Salud Pública, pero éste era un movimiento mucho más amplio, llegando a los problemas de las personas a través de los estudiantes”, señala.
“El Comandante, como siempre, confió en la FEU”, reconoce.
A la historia de ímpetu juvenil, narrada por el entrevistado, siguió la reparación de escuelas en La Habana, en el 2002.
“Fidel no sólo chequeaba, sino que visitaba esas instalaciones en la noche, de madrugada, y en cualquier momento,” destaca, y agrega: “para lograr que abrieran en ese curso, en mejores condiciones, reparadas, y otras construidas desde cero, como fue el caso de 10 de octubre donde se construyeron 4 escuelas nuevas, en 2 meses, con un gran esfuerzo de los constructores, del Gobierno, del Partido, de los CDR y de toda la población.”
“La historia de los Trabajadores Sociales me ha marcado siempre, al ver como una idea se transformó en otra idea, y esa otra idea fue creciendo y creciendo, a partir de la iniciativa de Fidel de vincular a los jóvenes a los problemas de la sociedad ", concluyó.