de mi Habana

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publicado el 21/01/2021

RUBÉN MARTÍNEZ VILLENA

Rubén Martínez Villena fue un destacado poeta y luchador revolucionario. Él afirmó en una en una de sus obras que hace falta una carga para matar bribones, para acabar la obra de las revoluciones y como tal dedicó una gran parte de su corta pero fructífera vida a dar una contribución significativa a la lucha del pueblo por su verdadera liberación.

Rubén Martínez  Villena nació el 20 de diciembre de 1899 en la casa situada en Avenida 91 número 8427, entre 84 y 86, en Alquizar.

Su vivienda natal, que hoy es sede del museo de este municipio, es exponente de las existentes en esta zona en las últimas décadas del siglo XIX.  Desde muy joven reflejó su preocupación por los males que aquejaban a la sociedad cubana y manifestó en su obra poética la angustia íntima que sentía y sus anhelos. Durante su etapa de estudiante universitario adquirió una visión mucho más profunda de la realidad cubana de la época, y muy pronto se convirtió en un revolucionario consecuente al participar activamente en la lucha contra los gobiernos corrompidos y dictatoriales. 

Ya en 1923, cuando se producen los primeros movimientos estudiantiles, siempre se veía a Rubén participar, y por esa fecha conoció y se identificó con otros luchadores revolucionarios, entre ellos Juan Marinello, Pablo de la Torriente Brau y, con posterioridad, Julio Antonio Mella.  Rubén Martínez Villena fue también el 18 de marzo de 1923 en La Habana uno de los principales participantes en la denominada Protesta de los Trece, acción que realizaron un grupo de jóvenes intelectuales revolucionarios encaminada a denunciar los turbios negocios que realizaban los funcionarios del gobierno.

En 1927 ingresó en el Partido Comunista y se entregó por entero a la lucha contra la dictadura de Gerardo Machado, a quién denominó “Asno con Garras”. A partir de 1928 dejó de escribir versos y se dedicó por completo a la prosa revolucionaria. Escribió en numerosas publicaciones. Con posterioridad, enfermo de tuberculosis se vio obligado a salir de Cuba. Primero viajó a los Estados Unidos y después a la Unión Soviética, donde fue atendido con gran esmero. Pero su mal no tenía cura en aquellos momentos.

Consciente que se acercaba el fin de su existencia Martínez Villena quiso retornar a Cuba para dedicar sus últimas energías a la causa revolucionaria.  Tuvo una relevante participación en la destrucción de la dictadura machadista en agosto de 1933, y pocos meses después, sin otra esperanza que la muerte ya cercana, ingresó en el Sanatorio “La Esperanza”, donde falleció el 16 de enero de 1934.

En el museo existente en su casa natal en el poblado de Alquízar hay una urna de cristal en la que se encuentra la mascarilla que le fuera realizada cuando murió. Evidencia el estado en que se encontraba producto de la enfermedad que lo aquejó.  También allí se exhiben fotografías suyas y copias fotostáticas de sus documentos y poemas. El museo fue inaugurado en 1976, y en esa ocasión el destacado intelectual y luchador revolucionario Juan Marinello señaló: “Sabemos que pasarán muchos años, que vendrán a esta casa que es hoy un gran museo revolucionario las generaciones futuras para conocer la grandeza íntima y trascendente de un hombre excepcional”.

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