
Fidel, presente siempre en la vida del pueblo cubano (I)
José Martí destacó que la vida es inspiración, la vida es fraternidad, la vida es estímulo, la vida es virtud.
Nacido el 13 de agosto de 1926, en la zona de Birán, en el actual municipio Cueto, en la provincia de Holguín, Fidel Alejandro Castro Ruz, con su fecunda existencia, labor y obra, hizo realidad éste y otros principios martianos.
Incluso aseguró en un momento crucial de su vida, cuando fue juzgado por la realización de los ataques a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y el Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, que traía en su corazón las doctrinas del maestro.
El legado de Fidel es fuente permanente de enseñanzas. Él le dio especial connotación a la actitud de los seres humanos y a su debida formación. Llevó a la práctica el valor de los principios, la relevancia de las ideas y también patentizó su amor por Cuba, su tierra natal, y por la humanidad.
Fidel fue consecuente con lo que expresó y, en tal sentido, actuó en plena correspondencia, con sólidos principios.
Y esos principios detallados por Fidel, al igual que los de José Martí, continúan hoy sirviendo de guía e inspiración al pueblo cubano y a diversos hombres y mujeres en diferentes partes del mundo.
Fidel Castro desenvolvió la primera etapa de su niñez en la finca propiedad de su padre. Vivía en unión de sus padres y hermanos.
Solía relacionarse con los hijos de los trabajadores de la finca e, incluso, cursó su primera etapa como estudiante en la escuelita pública existente en la zona.
Acerca de la finca Birán y otros aspectos de la primera etapa de su existencia, Fidel trató en algunos discursos que pronunció años después del triunfo de la Revolución, así como en entrevistas que concedió a destacados investigadores, teniendo en cuenta el propósito de ellos de escribir libros sobre su vida y labor.
Por ejemplo, al teólogo brasileño Frei Betto, quién elaboró el libro titulado Fidel y la religión, publicado en 1985, le detalló: “Allí estaba la casa de la familia, y había también unas pequeñas oficinas en un local añadido a una esquina de la casa. Era una casa con una arquitectura pudiéramos decir, española”.
Explicó que su padre era un español de Galicia y especificó con respecto a la vivienda: “Yo he pensado por qué mi casa tenía pilotes altos, tan altos que algunos eran de más de seis pies. El terreno no era plano y, así para donde estaba la cocina, por ejemplo, que estaba al final, una sección alargada añadida a la casa, los pilotes eran más bajitos; en otra parte, donde había una cierta pendiente, eran más altos”.
Fidel detalló que la vivienda y los pilotes eran de madera muy dura y añadió: “Un primer piso de la casa, que inicialmente imagino era cuadrada, se alargó después con un pasillo que partía de uno de los costados y daba acceso a algunos pequeños cuartos. El primero tenía unos estantes donde se guardaban los medicamentos, le llamaban el cuarto de las medicinas”.
Ya entre 1931 y 1932, sus padres lo enviaron hacia Santiago de Cuba para que prosiguiera los estudios primarios.
Allí tuvo que soportar limitaciones, pues aunque su padre enviaba el dinero necesario para que fuese debidamente atendido, la familia que inicialmente lo alojó en su vivienda, era de bajos recursos económicos y en la práctica el dinero citado lo utilizaban más para su supervivencia, mientras él carecía de muchas cosas.
Posteriormente Fidel estudió un tiempo internado en un centro escolar santiaguero.
Años después, se traslada a la capital cubana y comenzó a estudiar en la escuela de los Jesuitas. Era el colegio de Belén, la mejor escuela de los jesuitas en el país. Contaba con una buena base material e instalación. Tenía su sede donde, en la actualidad, se localiza el Instituto Técnico Militar José Martí.
En ese centro alcanzó gran prestigio, sobre todo porque evidenció ser un buen deportista y también alguien muy amante de las excursiones.
En el anuario de la escuela, correspondiente al curso en que se graduó aparece una foto suya con las siguientes palabras:
“Fidel Castro (1942-1945). Se distinguió en todas las asignaturas relacionadas con las letras. Excelencia y congregante, fue un verdadero atleta, defendiendo siempre con valor y orgullo la bandera del colegio. Ha sabido ganarse la admiración y el cariño de todos. Cursará la carrera de Derecho y no dudamos que llenará con páginas brillantes el libro de su vida. Fidel tiene madera y no faltará el artista”.
Más allá de lo citado, puede decirse que La Habana ocupa un lugar muy relevante en la vida y obra de Fidel Castro Ruz.
Precisamente él llegó a señalar que en la Universidad de La Habana fue donde comenzó a forjarse como revolucionario. Esto lo planteó el 4 de septiembre de 1995 en un encuentro con estudiantes de la universidad habanera, realizado para conmemorar el aniversario 50 de su entrada a ese magno centro docente de la capital cubana.
En el curso escolar que se inició en septiembre de 1945, el joven Fidel Castro comenzó a estudiar la carrera de derecho, graduándose como Licenciado varios años después.
En ese período, leyó importantes libros de carácter político. También desde las primeras semanas comenzó a interesarse por las cuestiones de carácter histórico.
En la Escuela de Derecho es elegido primero Delegado de curso. Posteriormente, al aproximarse la elección para la Presidencia de la Federación Estudiantil Universitaria, se opuso al candidato que apoyaba el Gobierno Auténtico.
Choca con los intereses de la mafia que domina la Universidad habanera. Ejercen contra él presiones y amenazas.
Cincuenta años después del instante en que inició sus estudios en la Universidad de La Habana, en ocasión de hablar en el acto que se efectuaba en ese recinto universitario, para recordar aquel instante de su vida, Fidel también señalaría al respecto; que fue un privilegio ingresar en esa universidad “porque aquí aprendí mucho, y porque aquí aprendí quizás las mejores cosas de mi vida; porque aquí descubrí las mejores ideas de nuestra época y de nuestros tiempos, porque aquí me hice revolucionario, porque aquí me hice martiano…”.
También expresó Fidel: “En esta universidad viví momentos difíciles, muy difíciles, tan difíciles que resulta un verdadero azar, incluso, el haber sobrevivido a aquellos años universitarios. Libré luchas muy duras, con toda la persistencia y toda la decisión necesarias, hasta que después se acercaron otros años y otras épocas”.
En la Universidad de La Habana, el joven Fidel igualmente se preocupó por entrar en contacto con la historia de Cuba y apreciar la vida y la obra de relevantes patriotas que participaron de modo muy activo en las distintas etapas de la guerra por la independencia en el siglo XIX.
Con respecto a ello, expuso que su primera formación política la obtuvo leyendo la historia de Cuba, todavía como estudiante; pero, aún después de que se graduó, leía mucho siempre.
Y ya desde esa época de su juventud, Fidel no sólo piensa en los problemas que se apreciaban en Cuba, sino que también siente como suya la situación de otros pueblos que padecían gobiernos despóticos e incluso dictatoriales, como era el caso de Santo Domingo.
Fue así como se vinculó con un contingente que se preparaba en Cayo Confites, al norte de la zona oriental de Cuba, para apoyar a los dominicanos en su lucha contra el dictador Trujillo.
En 1947 sale en una embarcación que tenía el propósito de llegar al territorio dominicano.
En ese momento, Fidel cursaba el tercer año en la carrera de derecho. También desempeñaba funciones de dirección en la Federación Estudiantil Universitaria y, además, presidía el Comité Pro Democracia Dominicana en la Universidad de La Habana.
Finalmente la expedición fue interceptada en el mar y se produjo la detención de los que se hallaban en la embarcación. Ahora bien, Fidel evitó ser capturado. Se tiró al mar y pudo nadar hasta la orilla.
Después retornó a La Habana. Deseaba continuar sus estudios universitarios.
En ese año 1947, en el mes de noviembre, viaja a Manzanillo y recibe, en el Centro de Veteranos de esa ciudad, la campana de La Demajagua, para su traslado a La Habana.
Él tenía el propósito de utilizar ese símbolo patrio para convocar al pueblo a un gran acto de masas en la escalinata universitaria.
De esa manera fue traída a la capital la campana de La Demajagua, que, aprovechando un descuido en su custodia, fue sustraída después por politiqueros.
La noticia del robo de la campana impactó a la población habanera. Fidel condenó enérgicamente aquel suceso.
El 12 de noviembre de 1947, el gobierno auténtico se vio obligado a devolver la campana de La Demajagua a la ciudad de Manzanillo.
En 1948, Fidel siguió cursando la carrera de Derecho en la Universidad de La Habana y era dirigente estudiantil; pero a su vez continuó evidenciando sus inquietudes como joven revolucionario y no sólo estaba al tanto de la situación que vivía Cuba, sino también en el ámbito internacional, particularmente de América Latina.
En ese año se tenía prevista la realización de una reunión internacional para crear la Organización de Estados Americanos, OEA. Los Estados Unidos deseaban afianzar su dominio político de los pueblos latinoamericanos a través de la citada organización que, finalmente, fue constituida el 30 de abril.
Previo al surgimiento de dicha organización Fidel concibió la idea de realizar un congreso de estudiantes latinoamericanos para llevarlo a cabo en forma simultánea en el mismo país donde tuviera lugar el evento relacionado con la OEA.
Al recordar que fue lo que hiciera en esos instantes iniciales del citado año, él señaló varios decenios después, en el encuentro con jóvenes estudiantes en la Universidad de La Habana, el 4 de septiembre de 1995: “Logramos reunir gente, visité Venezuela, visité Panamá, había bastante efervescencia en esos lugares. En Colombia, en contacto con los estudiantes, me pusieron en relación con Gaitán, que resultó ser un líder de condiciones excepcionales, con un gran apoyo de masas y al que desafortunadamente, asesinan aquel 9 de abril, una hora antes de reunirse con nosotros por segunda vez. Eso desencadenó múltiples manifestaciones de protesta en la capital del país”.
El político colombiano citado por Fidel era Jorge Eliecer Gaitán. Había desempeñado varios cargos y también había fundado un partido. Gozaba de gran prestigio.
Fidel entonces decidió también participar en las manifestaciones, no obstante que él no era colombiano y podía incluso resultar herido o muerto porque había una situación extremadamente crítica. Fue objeto de persecución y tuvo que hasta permanecer escondido en determinados lugares o trasladarse de un sitio a otro para evitar ser detenido y hasta posiblemente asesinado.
No es hasta el día 12 de abril que finalmente pudo salir de Bogotá rumbo a Cuba.
100 Años Con Fidel: Vigencia de los principios
Fidel, al resaltar cómo la vida y la obra de José Martí es fuente de inspiración y enseñanza, detalló el 29 de enero del 2003 en La Habana en la clausura de la Conferencia Internacional “Por el equilibrio del mundo”:
“Más allá de Cuba, ¿qué recibió de él el mundo? Un ejemplo excepcional de creador y humanista digno de recordarse a lo largo de los siglos.”
Autor: Equipo de Gestión de Contenidos del Portal del Ciudadano
Fuentes de referencia
- Encuentro de Fidel Castro con estudiantes de la Universidad de La Habana el 4 de septiembre de 1995.
- Libro de Birán a Cinco Palmas. Autores Eugenio Suárez Pérez y Acela A. Caner Román. Casa Editorial Verde Olivo, La Habana, 2008.
- Antes del Moncada, Tercera edición ampliada. Autores varios. Editorial Pablo de la Torriente, 2001.
- Fidel Castro. Selección de documentos entrevistas y artículos (1952-1956) Editora Política, 2007.
- Fidel y la Religión, Conversaciones con Frei Betto. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 1985.
- Cien horas con Fidel. Ignacio Ramonet. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado de la República de Cuba.
- Portal Soldado de las ideas. Centro Fidel Castro Ruz.
- José Martí. Obras Completas. Edición crítica. Tomo 22.
- Todo el tiempo de los cedros. Paisaje familiar de Fidel Castro Ruz. Katiuska Blanco.
- Guerrillero del Tiempo: Conversaciones con el Líder histórico de la Revolución Cubana. Fidel Castro Ruz y Katiuska Blanco.