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publicado el 27/07/2025 07:37 am

Fidel, Martí y los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes

Al destacar la gran significación de la vida y la obra de José Martí y precisar la motivación que tuvo su ejemplo entre los revolucionarios cubanos que participaron el 26 de julio de 1953 en el asalto a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, el Comandante en Jefe Fidel Castro señaló el 29 de enero del 2003 al hablar en la clausura de la Conferencia Internacional Por el Equilibrio del Mundo, efectuada en La Habana en homenaje al 150 aniversario del natalicio del Héroe Nacional de Cuba:  

“Los que reanudamos el 26 de julio de 1953 la lucha por la independencia, iniciada el 10 de octubre de 1868 precisamente cuando se cumplían cien años del nacimiento de Martí, de él habíamos recibido, por encima de todo, los principios éticos sin los cuales no puede siquiera concebirse una revolución. De él recibimos igualmente su inspirador patriotismo y un concepto tan alto del honor y de la dignidad humana como nadie en el mundo podría habernos enseñado. Fue un hombre verdaderamente extraordinario y excepcional. Hijo de militar, nacido en un hogar de padre y madre españoles, deriva en profeta y forjador de la independencia de la tierra que lo vio nacer; intelectual y poeta, siendo un adolescente al iniciarse la primera gran contienda, fue capaz, más tarde, de conquistar el corazón, el respeto, la adhesión y el acatamiento de viejos y experimentados jefes militares que se llenaron de gloria en aquella guerra.”

Ya desde varios decenios antes cuando expuso su alegato en el juicio que se le siguió por haber concebido y dirigido las acciones llevadas a cabo el 26 de julio de 1953 Fidel había expuesto que traía en su corazón las doctrina del Maestro.

Fidel calificó a Martí como el autor intelectual del asalto a las fortalezas militares que tuvieron como finalidad controlarlas, ocupar las armas allí existentes y entregárselas al pueblo para desencadenar una insurrección popular armada que propiciara la aniquilación de la dictadura batistiana.

Además, citó principios expuestos por Martí entre ellos uno en el que analizó la postura  que debían asumir los que estaban dispuestos a luchar contra todo tipo de injusticia.

Recordó que él había señalado que un hombre  que se conforma con obedecer leyes injustas y permite que le pisen el país en que nació los hombres que se lo maltratan, no es un hombre honrado.  

Detalló, además, que Martí había dicho que en el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro como ha de haber cierta cantidad de luz y que cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres.

Esos, precisó Martí, son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que le roban a los pueblos su libertad, que es robarle a los hombres su decoro.  “En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana...”  

Resultó muy simbólico que en el propio año en que se conmemoró el centenario del natalicio de Martí fuera, precisamente, el Apóstol de la independencia de Cuba  capaz de servir como guía e inspiración, para que otras generaciones de cubanos fuesen capaces de llevar adelante la lucha revolucionaria y darle continuidad a la obra emprendida por él en aras de alcanzar la independencia de Cuba. 

Precisamente Martí había expuesto en la carta que le escribió a su querida madre Leonor Pérez Cabrera, el 15 de mayo de 1894: “Mi porvenir es como la luz del carbón blanco, que se quema él, para iluminar alrededor. Siento que jamás acabarán mis luchas.”

Aún antes de  realizarse el asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, muchos de los jóvenes que participarían en estas acciones, de manera esencial, Fidel había hecho evidente cómo la vida y la obra de Martí servían de motivación para luchar por Cuba y enfrentarse resueltamente a la dictadura militar reaccionaria que intentaba mantenerse en el poder mediante la fuerza.

En tal sentido la conmemoración del centenario del natalicio de Martí, en enero de 1953,  sirvió para evidenciar la actitud de estos jóvenes que le rendían homenaje al Maestro al participar en La Habana en una Marcha de las  Antorchas y en un desfile de carácter patriótico.

Pero sobre todo el mejor y más emotivo homenaje a Martí esos jóvenes revolucionarios lo hicieron realidad meses después cuando dignificaron  los  postulados martianos al atacar las fortalezas militares anteriormente señaladas.  Esos jóvenes hicieron realidad este principio de Martí cuando aseguró en su obra Abdala:  

“Quién a su Patria  defender ansía / Ni en sangre ni en obstáculos repara / Del tirano desprecia la soberbia / En su pecho se estrella la amenaza / Y si el cielo bastara a su deseo / Al mismo cielo con valor llegara “

La Generación del Centenario, como ha sido calificado en nuestra historia, al grupo de jóvenes revolucionarios que bajo la dirección de Fidel llevaron a cabo los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, el 26 de julio de 1953 en la orientales ciudades de Santiago de Cuba y Bayamo, respectivamente,  actuaron en forma consecuente y en plena correspondencia con los principios martianos.

Más allá de lo acaecido aquel 26 de julio de 1953, en posteriores etapas de la lucha contra la dictadura batistiana y tras la victoria de la Revolución, José Martí ha continuado siendo la fuente inspiradora y guía eterna, luz que ilumina el aprendizaje de todos los cubanos patriotas.

Esas valoraciones quedaron muy claras en un memorable discurso del 26 de julio de 1976 en el acto conmemorativo celebrado en la ciudad de Pinar del Río, por el vigésimo tercer aniversario del asalto a los cuarteles  “Moncada” en Santiago de Cuba y “Carlos Manuel de Céspedes”, en Bayamo, Fidel expresó:

“Admiramos infinitamente a Martí por su gigantesca tarea, formando una conciencia revolucionaria en el seno de nuestro pueblo. Admiramos a Martí porque era un intelectual brillante, un hombre de extraordinaria cultura, un poeta de exquisita sensibilidad, que consagró su talento a la lucha revolucionaria, que consagró su vida y su pluma a esa lucha, que fue hombre de palabra y de acción. Le agradecemos y le agradeceremos eternamente lo que significó y lo que simbolizó.”

 

ESPECIAL PARA EL PORTAL DEL CIUDADANO

AUTORES: Víctor Pérez-Galdós y Salomé Campanioni

Fuentes: Sitio web Cubadebate, Soldado de las Ideas, José Marti.

 

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