Fidel Castro Ruz  tuvo un impacto significativo en el desarrollo del trabajo social en Cuba a partir de la Revolución Cubana en 1959.  Implementó políticas que garantizaron el acceso universal a servicios como la educación y la salud, lo que contribuyó al bienestar social de la población. Se establecieron instituciones y programas enfocados en el desarrollo comunitario, promoviendo la participación activa de la comunidad en la identificación y solución de sus problemas. Además, se priorizó la formación de profesionales en el campo del trabajo social, fortaleciendo así el cuerpo profesional en esta área.

Bajo su dirección, se implementaron programas específicos para grupos vulnerables, como niños, ancianos y personas con discapacidad, con el objetivo de mejorar la calidad de vida y fomentar la inclusión social. También se promovió un enfoque internacionalista, enviando profesionales cubanos a ayudar en el desarrollo social y humanitario en otros países, reflejando una visión de trabajo social global.

En resumen, el Comandante de la Revolución  dejó un legado marcado por avances en el trabajo social y el desarrollo comunitario, embistiendo con sumagnanima inteligencia    los desafíos y la virtud del pueblo aguerrido cubano.