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publicado el 10/01/2024

Julio Antonio Mella y el monumento donde reposan sus cenizas en La Habana

Julio Antonio Mella fue un prestigioso dirigente estudiantil y luchador revolucionario que resultó asesinado el 10 de enero de 1929 en la capital de México por elementos al servicio del régimen dictatorial existente en Cuba en aquellos momentos.

Mella había nacido en  La Habana el 25 de marzo de 1903. Fue inscrito como Nicanor Mac Pórtland y Diez. Perteneció a una modesta familia.

Desde muy joven puso de manifiesto sus convicciones políticas y su interés por contribuir a la lucha revolucionaria en el seno de la Universidad de La Habana donde estudiaba.  En este centro rápidamente se convirtió en un dirigente estudiantil. 

Ya en 1923 desempeñaba las funciones de Secretario de la Federación de Estudiantes Universitarios y era además el máximo exponente de la Reforma Universitaria.

Por iniciativa de Mella se acordó en 1923 celebrar el Primer Congreso Nacional de Estudiantes con el objetivo de agrupar y unir a los alumnos de los niveles medios y universitarios y garantizar con ello el éxito de las transformaciones educacionales. Participó después en la fundación de la Federación Estudiantil Universitaria y de la Liga Antimperialista.

Igualmente gracias a su tesón se constituyó  la Universidad Popular “José Martí”, en el propio año 1923, dirigida a contribuir a la elevación del nivel cultural de los trabajadores.

En 1924  ingresó en la Agrupación Comunista de La Habana y al  año siguiente participó en unión de Carlos Baliño y otros luchadores antimperialistas en la fundación del primer Partido marxista-leninista de Cuba.

En los años siguientes realiza una activa labor  contra  la dictadura de Gerardo Machado.  Fue por ello que en 1925 fue expulsado de la Universidad de La Habana y más tarde sufrió detenciones y encarcelamientos.

En ese año en protesta por una arbitraria detención y como modo de expresar su rebeldía se declaró en huelga de hambre que se prolongó durante 16 días. Este hecho conmovió al país. Como consecuencia de la intensa movilización popular que generó la huelga de hambre de Mella el régimen dictatorial se vio obligado a liberarlo en forma provisional.

Entonces él decidió salir del país por el puerto de Cienfuegos, en la zona sur central del territorio cubano. Se dirigió primero rumbo a Honduras y después se estableció en México.  En ese país se vinculó con integrantes del Partido Comunista y participó en las luchas campesinas y obreras y  colaboró en publicaciones revolucionarias.

En 1927 asistió en Bruselas al Congreso Mundial contra la opresión colonial y el imperialismo. Después  ayudado por militantes comunistas de Alemania  pudo visitar la Unión Soviética.

Tras regresar a México continuó relacionado  con la lucha revolucionaria que se libraba en Cuba contra la dictadura de Gerardo Machado. Sostuvo una constante correspondencia con sus compañeros en la Isla.

A fines de 1928 estableció contacto con el Partido Nacionalista de Cuba y le propuso una acción conjunta contra la dictadura machadista. Al ser conocido por el régimen dictatorial cubano los planes de Mella, se decidió  llevar a cabo su asesinato.

Años después  las cenizas de los restos de Mella fueron trasladadas al territorio cubano y guardadas de forma secreta.

En 1975 en ocasión del cincuentenario de la fundación del primer partido marxista leninista de Cuba fueron depositadas en el Aula Magna de la Universidad de La Habana y el 10 de enero de 1976 resultaron trasladadas hacia el Monumento erigido en su memoria frente a la escalinata universitaria.

Además del monumento de 16 metros de altura en este lugar también hay un busto de Julio Antonio Mella y una tarja que refleja su confianza en el desarrollo de la historia de la humanidad a través de la siguiente frase expresada por él:  “Luchar por la revolución socialista en la América no es una utopía de locos ó fanáticos, es luchar por el próximo paso de avance de la historia.” 

Muy cercano al complejo monumentario se localiza un pequeño parque que cuenta con farolas y bancos de la época que vivió Mella y con una galería en la que se reflejan fotos del prestigioso dirigente estudiantil y luchador revolucionario.

Respecto a la trascendencia de la vida y obra de Julio Antonio Mella el máximo líder de la Revolución cubana, el Comandante en Jefe Fidel se refirió  en el discurso que pronunció en el acto efectuado en La Habana el 22 de agosto de 1975 en ocasión de conmemorarse el aniversario 50 de la creación del primer partido marxista leninista de Cuba, del cual Mella fue uno de sus fundadores.

En esa oportunidad  Fidel aseguró:  “Julio Antonio Mella, un día dijiste que aun después de muertos somos útiles, porque servimos de bandera. ¡Y así ha sido! ¡Tú fuiste siempre bandera de nuestros obreros y nuestros jóvenes en las luchas revolucionarias, y hoy eres bandera alentadora, ejemplar, victoriosa e invencible de la Revolución socialista de Cuba!”

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