Por: Víctor Pérez-Galdós Ortiz

Este domingo, 27 de noviembre, tanto en La Habana como en todo el país, se realizarán las elecciones de delegados de las Asambleas Municipales del Poder Popular.

El proceso electoral cubano presenta una característica muy peculiar: No es un partido o varios los que proponen los candidatos, sino es el propio pueblo reunido en asambleas a nivel de áreas de nominación en cada circunscripción. Dichas asambleas las desarrollan los vecinos en locales habilitados, o preferentemente en la propia calle donde residen, se realizan las propuestas correspondientes y, si se proponen dos o más candidatos, a mano alzada se elige al candidato por dicha área de nominación. El que más voto de modo directo, a mano alzada, obtenga es desde ese instante uno de los candidatos de su circunscripción.

Los propuestos solo deben cumplir como requisitos residir en el área que abarca la circunscripción, ser residente permanente en el país por un periodo no menor de dos años al momento de las elecciones, tener más de 16 años, y encontrarse en capacidad de ejercer los derechos electorales que le reconocen la Constitución y la ley.

Vencida esta etapa se prepara la votación para elegir al delegado de la circunscripción, con otra peculiaridad del proceso electoral cubano: En Cuba no hay “campañas electorales”, sino que sencillamente se elabora y se exponen con días antes de la elección las fotos y síntesis biográficas de los candidatos, en igualdad de condiciones, en los mismos lugares.

También desde días antes de la votación se expone el listado de electores de la circunscripción, de manera tal que cada ciudadano, si lo estima, pueda chequear si aparece en el listado correspondiente sin ningún tipo de error.

Incluso, como suele ocurrir, si hay ciudadanos que no están registrados en esos listados, no se le priva del derecho de votar, sino que se registra en un listado adicional en el instante que acude al colegio electoral.

Algo que igualmente distingue a ese proceso electoral en Cuba es que las urnas están custodiadas por niños y adolescentes integrantes de la Organización de Pioneros “José Martí”.

Muestra de la trasparencia de este proceso es que, al concluir el horario establecido para la votación, los ciudadanos que lo estimen pueden ser testigos de cómo se realiza el conteo de votos por los miembros de la mesa.

La elección se realiza mediante voto libre, directo y secreto.

Para salir electo los aspirantes a delegados en las diferentes circunscripciones tienen que obtener más de la mitad de los votos válidos emitidos. Si ninguno lo obtiene se realiza una segunda vuelta la semana siguiente.

Los delegados elegidos integran la Asamblea Municipal del Poder Popular.

Este tipo de proceso electoral y esta forma de gobierno desde la base comenzó a aplicarse en Cuba, primero en forma experimental en la provincia de Matanzas en el año 1976, luego se extendió a en todo el país.

Varios años después se decidió la creación de los Consejos Populares, como un eslabón intermedio, con el objetivo de lograr la atención más directa de la problemática de las zonas. 

Los Consejos Populares están encabezados por un Presidente que es a su vez delegado de una de las circunscripciones que forman parte de dicho consejo.

Con respecto al proceso electoral cubano el Comandante en Jefe Fidel Castro se refirió en distintas clausuras de períodos de sesiones de la Asamblea Nacional del poder Popular e incluso en otras ocasiones.

Por ejemplo, el 11 de febrero de 1993, en un encuentro que sostuvo con los candidatos a Diputados a la Asamblea Nacional y a Delegados a la Asamblea Provincial de Santiago de Cuba, Fidel señaló: “Una vez más debo decir que nuestro sistema fue muy democrático desde el principio. Recuerdo el día que se concibió y se discutió en que todo giraba en torno al problema de quién postulaba. Así surgió la idea de que postulara el pueblo, de que en cada circunscripción se reunieran los vecinos, propusieran y postularan, sin la intervención del Partido, que no fuera el Partido el que postulara; puesto que teníamos un Partido, si el Partido era el que postulaba, iba a servir para fortalecer las corrientes reaccionarias contra la idea histórica de un partido en nuestro país, porque la república surge en su última guerra de independencia con un partido.”

Y más adelante también manifestó: “Pero si teníamos un partido, había un problema muy serio, un problema dialéctico que resolver al institucionalizarse la Revolución, la cuestión de la postulación, argumento que podía ser utilizado por los enemigos de la idea de un partido. Entonces dijimos: No, el Partido no postula, postula el pueblo. Así surgieron las circunscripciones, las asambleas de postulación en las circunscripciones, las proposiciones y las elecciones de delegados que integraban las asambleas municipales.”

También Fidel destacó: “El principio de que el pueblo postula y elige es lo que nos coloca en primer lugar entre los países democráticos del mundo. Porque lo otro son grupos de gente los que postulan, incluso, los que eligen.”