Hoy en mi barrio

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Fecha: 21/10/2022

La profesión de Wendy que empezó como un juego de muñecas

Ania González Rodríguez

El 21 de octubre es el Día Mundial de la Ingeniería Clínica, que tiene como objetivo reconocer la labor de los técnicos y los ingenieros clínicos en la mejora de la salud de las personas.

Por eso buscamos hoy protagonistas en los barrios, en las instituciones del terruño donde vivimos y encontramos entre muchos que también merecen reconocimiento a una joven destacada en su colectivo laboral, el banco de Sangre 28 de septiembre de Guanabacoa, allí está Wendy Pérez Hernández, Licenciada en Bioanálisis Clínico.

Cuenta Wendy que al terminar el preuniversitario optó por ser laboratorista, se graduó de técnico y vino a trabajar al propio banco de sangre, pero siguió estudiando para realizar completamente su sueño, que nació con un juego de muñecas y se hizo realidad totalmente el 21 de julio de este año cuando le entregaron su título.

Sobre su actual responsabildad en el banco de sangre le preguntamos a la joven

 W: Trabajo en el Departamento de Control de la calidad, donde velamos porque la donación sea de una sangre segura para la hora de transfundir, por eso le hacemos todas las pruebas pertinentes, como análisis de hemoglobina cualitativo para ver si tiene todos los valores que exige la donación y una entrevista médica para saber si cumple los requisitos.

¿Y en tu experiencia cuándo se deniega la posibilidad de donar después de la entrevista?

W: Hay causas transitorias y otras permanentes, entre las permanentes el padecimiento de algunas enfermedades, por ejemplo, si el donante es epiléptico. Entre las transitorias, haber viajado al exterior (que tiene que esperar un año para poder donar), haberse hecho un tatuaje o si recientemente se sacó una muela entre otras.  

Indagamos ¿En tus cortos años de profesión has participado como laboratorista en alguna gran emergencia de donación de sangre?

W: Sí, cuando ocurrió el accidente del hotel Saratoga, aquí en La Habana. Precisamente el seis de mayo estuvimos aquí hasta bien tarde recogiendo sangre. Fue algo que no había visto desde que me gradué; la población se movilizó, venían al banco gran cantidad de personas, llamaban constantemente preguntando ¿Podemos ir? ¿Hasta cuándo están trabajando? Para mí fue algo muy bonito que todo el mundo se movilizara ese día.

¿Alguna anécdota especial de esa jornada?

Bueno, mira, me llamó uno de nuestros donantes de plasma y me dijo ¿Wendy están donando? Le dije sí, sí. Entonces me dice, yo voy para allá, pero voy con más compañeros de mi centro de trabajo, somos 15; le digo, ¿Cómo que 15?, me dice sí, sí y entonces le contesto, vengan y se aparecieron en una guagua. De verdad que aquello fue algo muy hermoso que vinieran así todos preocupados.

¿Quieres hacer algún llamado?

Sí, le diría, sobre todo a los jóvenes que esa sangre es muy importante para salvar vidas, para hacer medicamentos que tanta falta hacen con algunos de sus componentes. Todo el mundo puede aportar su granito de arena en este caso.

Es Wendy Pérez Hernández, un ejemplo de lo mejor de nuestra juventud; indaga que tal vez muy cerca de ti en tu barrio, estén estos protagonistas de todos los días, esos que muchas veces realizan heroicidades, de manera sencilla y natural y merecen, que en el día a día, con un gesto agradecido, le digamos ¡Felicidades!

 

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