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Fecha: 09/10/2022 01:20 pm

En el barrio está nuestra mayor fortaleza, con él se ganan todas las batallas

Por Ania González Rodríguez

“El enemigo conoce todas estas dificultades que tenemos y alimenta la esperanza de que el país no pueda resistir. Una buena lección se llevarán los enemigos al subestimarnos, al hacerse ilusiones, porque el pueblo de Cuba y la Revolución Cubana son un hueso muy duro de roer, por increíblemente difíciles que sean las circunstancias

Si usted lee estas palabras  probablemente piense  que se han expresado por algún dirigente cubano a propósito de la situación que está viviendo nuestro país  por estos días, pero es que son más de 60 años de resistencia heroica del pueblo de Cuba y cada batalla vivida refuerza esa convicción.

Justamente,estas palabras nos remiten a los días del Período Especial, a un congreso cederista de condiciones peculiares, como será el que relizaremos  el próximo año. Ese Congreso cederista del Período Especial, fue clausurado por Fidel en Guanabacoa el 26 de septiembre de 1993.

Un aconteimiento que enorgullece a los revolucionarios guanabacoenses, porque según cuentan varios de los que lo vivieron en la Villa de Pepe Antonio, Guanabacoa ganó este privilegio por los resultados del funcionamiento cederista en el municipio y cada una de las zonas.

Cuando en el barrio, como lo ha sido siempre, se gestaba lo más revolucionario, la vigilania  y el apoyo mayor  a todas las tareas sociales de choque, y aunque existía a noventa millas el odio anticomunista de siempre, la mentira tenía menos posibilidades de envenenar conciencias, engañar y quebrantar voluntades valiéndose de las necesidades del pueblo, dadas sobre todo por el bloqueo cada año más  intensificado. Tener memoria histórica es reforzar nuestra identidad.

EVOCACIÓN CLAUSURA  CONGRESO CEDERISTA DEL PERÍODO ESPECIAL  CON FIDEL EN GUANABACOA

El salón estaba lleno de cederistas, eran un seiscientas personas; el momento había sido muy esperado porque  ese día Fidel clausuraría el IV congreso de la mayor organización de masas del país, en el  municipio; entonces sucedió lo  imprevisto, cuando ya el líder  estaba al entrar en el salón, el aire acondicionado dejó de funcionar, la gente empezó a improvisar abanicos, y  Fidel , que también comenzó a sentir el rigor de la temperatura de aquel  local , exclamó: ¡Qué calor! Entonces se hizo un alto y se buscó una  solución…

La anterior anécdota forma parte de una de las vivencias históricas que con más orgullo guardan los miembros de los Comités de Defensa  de la Revolución (CDR) en el municipio habanero de Guanabacoa: la  clausura de un congreso cederista allí en la localidad  y con la presencia del líder histórico de la Revolución cubana.

Fue justo, cuando Cuba atravesaba el llamado Período Especial (año 1993) y en esta, a diferencia de otras citas, los CDR  celebraban en La Habana, solo su clausura, porque traer a tanto personal de las  provincias era casi imposible, en medio de la situación económica que vivía el país.

El testimonio de  tres delegados guanabacoenses a aquel  congreso, y lo dicho por Fidel aquel día a los delegados, ilustran mucho de lo ocurrido en  la ocasión.

Con el primero de ellos, que pudimos conversar y escuchar  sus memorias, a pesar de sus 80 años, fue con Luis García García, quien desempeñara el cargo de Coordinador Municipal de los CDR en Guanabacoa, en ese mismo año del congreso.

¿Por qué el congreso fue precisamente en la llamada Villa de Pepe Antonio y cómo se desarrolló el acontecimiento?

Cuenta Luis que “Guanabacoa era en esos momentos un municipio que se destacaba en el accionar de la organización, ocupábamos el primer lugar  en todas las tareas que se orientaban y es por eso que se escoge como sede de la clausura del congreso”.

Y continuó evocado García García: “Primero se desarrolló  el congreso aquí en la base, es decir en las zonas cederistas, con muchísima calidad, y estábamos preparados los delegados para representar a nuestro territorio con profundos argumentos en cada uno de los temas “.

Y cuando en el teatro Garay falló  la climatización ese día de congreso, cómo fue que se resolvió?

-“Cuando nos comunicaron la decisión de hacer aquí la clausura, nos pusimos en función de preparar todo con mucho entusiasmo. El teatro se remozó y quedó muy bonito, pero al fallar el aire el calor se hacía insoportable y se mandaron a abrir los ventanales, por lo que  comenzó a entrar un poco de aire, Fidel entonces comentó: “Bueno comenzó a entrar el aire de la naturleza, refrescó esto, la cosa marcha, sigue bien”.

Del papel que los Comités debían jugar en aquellos momentos, cuenta el entonces coordinador de los CDR, que ese día Fidel les dijo: “Es verdad que durante años los CDR hicieron infinidad de cosas de tipo social, y todavía las hacen y tienen que hacerlas; es indispensable que den todo el apoyo a lo económico, pero su tarea número uno es la defensa de la Revolución, y verán ustedes cómo frente a las dificultades, con inteligencia, con serenidad, con valentía, nos iremos enfrentando a todos los problemas, los problemas materiales y los problemas políticos”.

“Fidel siempre fue el alma de los CDR” -afirmó Luis, y continuó diciendo- Él fue su  creador, por su convocatoria surgieron; recuerdo como ahora aquella noche del 28 de septiembre de 1960, noche de Constitución de los Comités de Defensa de la Revolución, cuando dijo: Vamos a establecer un sistema de vigilancia revolucionaria colectiva… Están jugando con el pueblo y no saben todavía quién es el pueblo; están jugando con el pueblo y no saben la tremenda fuerza revolucionaria que hay en el pueblo.

Luis García García, es fundador de los CDR, dedicó muchos horas  de su vida a las tareas revolucionarias en la comunidad  y fue un entusiasta dirigente de esta organización del pueblo en Guanabacoa, al cerrar  su testimonio sobre la presencia de Fidel en este municipio  para clausurar aquel cuarto congreso, lo hizo de manera que nos pareció un homenaje y un llamado a la continuidad, con esta evocación suya sobre aquel congreso de Período Especial: ”Recuerdo que el Comandante  se mostró ese día muy contento con los cederistas de Guanabacoa y reconoció que era un municipio activo y muy revolucionario, que sabía defender sus derechos, muy arraigado a sus raíces y comprometido con la Revolución”.

 

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