Por José Pérez – Galdós Ortiz

1957.   Fallece en La Habana Gustavo Robreño Puente.

Su nacimiento había ocurrido en la ciudad de Pinar del Río el 18 de diciembre de 1873. Desde la etapa de su niñez, tan sólo cuando contaba cinco años, debutó como actor en una compañía infantil dirigida por Justo Soret.

A partir de entonces su vida transcurrió íntegramente, de uno u otro modo, relacionada con el denominado mundo de las tablas.

En la historia del teatro cubano se encuentra registrado su nombre, que formó parte de una familia que mucho contribuyó al desarrollo de esta manifestación artística en nuestro país en la primera mitad del siglo veinte. 

Estuvo entre los fundadores en 1900 del habanero Teatro Alhambra. Escribió más de 200 obras de teatro, la mayoría en colaboración con su hermano Francisco, pero entre las que mayor popularidad alcanzaron se citan algunos títulos que por sí solos ilustran acerca de los temas tratados: La madre de los tomates, Toros y gallos, El jipijapa, El ciclón y Napoleón y la emperatriz del Pilar.

1974.   Fallece en La Habana el destacado dirigente sindical Lázaro Peña González.

Su nacimiento tuvo lugar en la capital cubana el 29 de mayo de 1911. Se desempeñó durante varios años, y en distintos períodos, como Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba. Participó activamente en la lucha por organizar a los trabajadores en contra de la dictadura de Gerardo Machado. Fichado por la policía tuvo que enfrentarse a la represión y sufrió varios encarcelamientos.  Frente a todas las maniobras divisionistas fue un constante luchador por la unidad obrera.

Fue considerado como maestro de cuadros sindicales y resultó calificado, además, como Capitán de la Clase Obrera Cubana.

Tras el triunfo de la Revolución igualmente ocupó la responsabilidad de Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba.