Por Lien Martí

Al terminar este proceso las recomendaciones surgidas llegarán a la Asamblea Nacional del Poder Popular y se fijará entonces la fecha para el plebiscito.

De ser aprobado, el nuevo código reemplazará al actual, por el que se ha regido la nación durante los últimos 46 años.

Sin dudas, el nuevo código se caracteriza por ser muy avanzado y pone sobre el tapete realidades de nuestra sociedad que deben ser tenidas en cuenta para evitar el abandono y la falta de protección de minorías con todo el derecho a ser reconocidas y protegidas.

A pesar del esfuerzo de juristas, periodistas y comunicadores por esclarecer dudas y plasmar de manera sencilla las bondades del nuevo proyecto, en las redes sociales circulan opiniones que enrarecen la comprensión y hablan de aspectos totalmente falsos, entre ellos, la pérdida de autoridad parental o que el estado suplantará nuestros derechos.

No es de extrañar el ataque que desde el exterior se promueve, pues de ser aprobado el nuevo código, sería otra muestra palpable de la unidad de los cubanos y de su apoyo a los procesos de la Revolución.

Me resulta difícil comprender que algunos puedan obviar la necesidad de una mayor inclusión, no solo de personas con diversas orientaciones sexuales, sino diversas también por sus capacidades y edades.

Veo lógico que quienes se encargan de fomentar el odio y la violencia intenten nublar la razón de los nuestros para que no aprueben una ley que rechaza las manifestaciones de agresividad y se oponga a la discriminación.

Por eso alerto: no crea y repita sin leer, analizar o estudiar un tema. El nuevo Código de las Familias nos brinda la oportunidad de ejercer nuestros derechos, sobre la base de lo racional y la veracidad, no la deseche.

Foto: Tomada de Prensa Latina