Uno de los acontecimientos más relevantes y emotivos acaecidos en La Habana en el período revolucionario tuvo lugar el 18 de octubre de 1967 cuando en la Plaza de la Revolución “José Martí” se celebró la velada solemne en homenaje al Comandante Ernesto Che Guevara.

Ya desde el día 15 al realizar una comparecencia a través de la televisión Fidel había confirmado la muerte del Che Guevara en Bolivia y había convocado a los habitantes de La Habana a asistir el 18 a la citada velada.

En horas de la noche una gran multitud de alrededor de casi un millón de cubanos permanecían en medio de un gran silencio cuando la velada comenzó con la proyección de un documental realizado por Santiago Álvarez en el que se reflejó al Che en actividades como combatiente y dirigente revolucionario.

Después Nicolás Guillén leyó el poema que recién había escrito dedicado al Che en cuya parte inicial destacó:

No porque hayas caído

tu luz es menos alta.

Un caballo de fuego 

sostiene tu escultura guerrillera

entre el viento y las nubes de la Sierra.

No por callado eres silencio.

Y no porque te quemen, 

porque te disimulen bajo tierra,

porque te escondan 

en cementerios, bosques, páramos,

van a impedir que te encontremos 

Che Comandante, amigo.

La voz del poeta reflejó el simbolismo de la vida del Che  Guevara como un hombre de estatura universal. Y sus versos llegaban al corazón de los miles y miles de cubanos de todas las edades presentes en la plaza. También Guillén precisó que su vida y su obra permanecían en el pueblo cubano y señaló al respecto:

Cuba te sabe de memoria. Rostro

de barbas que clarean. Y marfil

y aceituna en la piel de santo joven.

Firme la voz que ordena sin mandar,

que manda compañera, ordena amiga,

tierna y dura de jefe camarada.

Te vemos cada día ministro,

cada día soldado, cada día

gente llana y difícil

cada día.

Y puro como un niño

o como un hombre puro,

Che Comandante, amigo.

Seguidamente  Fidel pronunció un emotivo discurso. Recordó cuándo y cómo conoció al Che,  cómo se produjo su incorporación a la lucha revolucionaria contra la dictadura batistiana, sus cualidades como combatiente, así como su labor como dirigente de la Revolución.

Al resumir las cualidades que caracterizaron a Ernesto Guevara de la Serna (Che), señaló:

 “Porque Che reunía, en su extraordinaria personalidad, virtudes que rara vez aparecen juntas. Él descolló como hombre de acción insuperable, pero Che no solo era un hombre de acción insuperable: Che era un hombre de pensamiento profundo, de inteligencia visionaria, un hombre de profunda cultura. Es decir que reunía en su persona al hombre de ideas y al hombre de acción.”

Y añadió:

“Pero no es que reuniera esa doble característica de ser hombre de ideas, y de ideas profundas, la de ser hombre de acción, sino que Che reunía como revolucionario las virtudes que pueden definirse como la más cabal expresión de las virtudes de un revolucionario: hombre íntegro a carta cabal, hombre de honradez suprema, de sinceridad absoluta, hombre de vida estoica y espartana, hombre a quien prácticamente en su conducta no se le puede encontrar una sola mancha.”

Nuestro líder histórico, en aquella inolvidable velada, también aseguró:  “Constituyó por sus virtudes lo que puede llamarse un verdadero modelo de revolucionario.”