La Historia me Absolverá»: El discurso que cambió el rumbo de Cuba
El 16 de octubre de 1953, Fidel Castro Ruz, acusado de liderar el asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de ese mismo año, pronunció un alegato que pasaría a la historia como «La Historia me Absolverá», sentando las bases ideológicas de lo que sería la Revolución Cubana.
Cuba vivía bajo el gobierno de facto de Fulgencio Batista, quien había tomado el poder mediante un golpe de estado en 1952. El régimen se caracterizaba por la corrupción generalizada, la represión política y las profundas desigualdades sociales. En este contexto, un grupo de jóvenes revolucionarios, liderados por Fidel Castro, decidió tomar el Cuartel Moncada en Santiago de Cuba, con el objetivo de desencadenar un levantamiento popular contra la dictadura.
La acción militar fracasó y muchos de los asaltantes fueron capturados, torturados y ejecutados. Fidel Castro, tras ser capturado, fue juzgado. Desde el banquillo de los acusados, asumiendo su propia defensa no se limitó a argumentar sobre los hechos del 26 de julio, sino que llevó al régimen a un juicio político y moral.
Durante aproximadamente dos horas, Fidel Castro, a pesar de las constantes interrupciones del tribunal, expuso con detalle las miserias que sufría el pueblo cubano y justificó la insurrección como un derecho legítimo ante la tiranía. Su discurso puede dividirse en dos partes fundamentales:
1. Fidel expuso la realidad cubana: el 85% de los campesinos vivía en bohíos sin luz eléctrica, el desempleo azotaba a las ciudades, la educación era un lujo y la salud una quimera para los más pobres. Señaló con nombres y apellidos los actos de corrupción del régimen y denunció la violación de la Constitución de 1940.
2. El programa: Lejos de quedarse en la crítica, Fidel presentó lo que denominó "cinco leyes revolucionarias" que se hubieran proclamado de tener éxito el asalto al Moncada. Este programa incluía:
· El retorno a la legitimidad constitucional.
· Una reforma agraria radical que entregara la tierra a quienes la trabajan.
· La participación de los obreros en el 30% de los beneficios de las empresas.
· La nacionalización de los servicios eléctricos y telefónicos.
· Campañas masivas de alfabetización y reforma educativa.
La conclusión de su discurso se ha convertido en una de las frases más icónicas del siglo XX en América Latina: "Condenadme, no importa. La historia me absolverá". Con estas palabras, Fidel Castro apeló a un juicio superior al de los tribunales de Batista: el juicio del tiempo y del pueblo. Trasladó la disputa del ámbito legal al histórico, confiando en que la justicia de su causa sería reconocida por las generaciones futuras.
Aunque Fidel Castro fue condenado a 15 años de prisión (de los que solo cumpliría menos de dos, gracias a una amnistía), el discurso "La Historia me Absolverá" trascendió las paredes del tribunal. Reproducido y distribuido de forma clandestina, se convirtió en el programa político del Movimiento 26 de Julio y en la hoja de ruta ideológica para la lucha que culminaría con el triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959.
Setenta y dos años después, el alegato del Moncada sigue siendo un documento esencial para comprender los orígenes y los fundamentos del proceso revolucionario cubano. Más allá de las valoraciones políticas posteriores, "La Historia me Absolverá" permanece como un testimonio poderoso de un momento crucial en que la palabra, surgida de la derrota militar, se alzó como la primera victoria de una revolución que estaba por venir.
Fuente: cmkc.cu
Foto : Santiago Romero Chang