
FIDEL, presente siempre en la vida del pueblo cubano (II)
Desde los años finales de la década del 40, en el siglo XX, el joven Fidel Castro comienza a relacionarse con integrantes del Partido del Pueblo Cubano, comúnmente conocido como Ortodoxo, encabezado por Eduardo Chibás Rivas.
El lema de esta organización, creada en 1947, fue “Vergüenza contra dinero”, y utilizó como símbolo una escoba que barría todos los males de un estado corrupto.
Fue un movimiento popular que abarcó a la clase obrera, los campesinos y otros sectores de ideas avanzadas y llenó de esperanzas al pueblo cubano. Marcó un punto de partida en la vida política del país.
Desde inicios del gobierno auténtico, en 1944, se manifestaron varias tendencias en el Partido Revolucionario Cubano, calificado como Auténtico, del cual formó parte Chibás, dos de las cuales predominaban sobre las demás. Una defendía los postulados nacionalistas y democráticos originales del Programa del Partido, y la otra estaba dirigida a utilizar, en beneficio propio, los privilegios del poder, manipulando, en tal sentido, cualquier tipo de medios.
A partir de ello, se acentuaron las contradicciones cuando el gobierno encabezado por Ramón Grau San Martín tomó un rumbo francamente antipopular y reaccionario, y se acrecentó también la corrupción.
En diciembre de 1946, cinco senadores y nueve representantes auténticos crean una fracción y acuerdan actuar unidos en el seno del Partido Auténtico, bajo el liderazgo de Eduardo Chibás, defensor de los principios que dieron origen a la organización.
El 12 de marzo de ese año firmaron un documento que reclamaba de Grau una “rectificación fundamental” en lo político, económico y social.
Frente a la violencia y la corrupción en el seno del autenticismo, sobresalía Eduardo Chibás, quien con su patriotismo y honestidad denunciaba los malos manejos y los crímenes del propio gobierno, ya fuera desde su posición en el Congreso como senador, o mediante la prensa radial y escrita.
En diciembre de 1946, al regresar de Guantánamo, donde rindió homenaje al líder campesino Niceto Pérez asesinado el 17 de mayo de ese año por los latifundistas, Chibás emplazó al Presidente Grau a romper su alianza con politiqueros de otros partidos y cumplir las promesas de su programa electoral.
En su declaración, lo exhortaba a lograr la unidad del Partido apoyándose en las masas populares para que estas no pudieran confundir a los tránsfugas, los malversadores y enemigos del pueblo con el Partido Auténtico en su conjunto.
El 15 de mayo de 1947, al ser desoídas sus peticiones, Chibás rompe con el autenticismo por su traición a los intereses y, con un grupo de seguidores, funda el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo). A finales de la década del cuarenta y principios de la siguiente, esa organización había alcanzado gran notoriedad en el país.
Muchos jóvenes como Fidel Castro, que estaban interesados en luchar contra los males existentes en Cuba en esos instantes, simpatizaban con los planteamientos de Chibás y se adhirieron al área juvenil de los ortodoxos. Fidel entonces todavía era un estudiante universitario.
Acerca de la trascendencia del partido encabezado por Chibás y de su presencia en el seno de esta organización, Fidel señalaría en el encuentro que sostuvo con estudiantes de la Universidad de La Habana, el 4 de septiembre de 1995.
Al respecto detalló:
“A partir de la efervescencia que se había producido en el país, de la fuerza que había tomado aquel movimiento de Chibás en las masas- partido que, en general, excepto en la capital de la república, ya estaba cayendo en manos de terratenientes, porque aquí cuando surgía un partido popular no tardaban mucho tiempo en que sus direcciones provinciales cayeran en manos de terratenientes y de ricos; ya ese proceso se estaba planteando en la ortodoxia--, me veo dentro de un partido que tiene una gran fuerza popular, unas concepciones atractivas en la lucha contra los vicios y la corrupción política e ideas que en lo social no son ya totalmente revolucionarias. Y es a partir de esa contradicción y de la trágica muerte de su combativo y tenaz fundador, que elaboro la concepción de cómo había que hacer la Revolución en las condiciones de nuestro país”.
Eduardo Chibás murió el 16 de agosto de 1951. El día 5 de ese mes, antes de finalizar la trasmisión de un programa semanal que había mantenido en la radio COCO, se hizo un disparo al no poder presentar las pruebas para demostrar la corrupción de un ministro del gobierno auténtico, que había denunciado.
Pero, aunque la pérdida de Chibas dejó realmente sin un jefe capaz y de prestigio al Partido del Pueblo Cubano, su prédica y su lucha siguieron influyendo sobre todo en jóvenes integrantes de la organización, entre ellos el propio Fidel Castro.
Varios años después, tras el triunfo de la Revolución en Cuba, en ocasión de rendirle tributo a Chibás ante su tumba en el Cementerio Colón, en La Habana, el 16 de enero de 1959, Fidel aseguró:
“Debo decir aquí, que sin las prédicas de Eduardo Chibás, sin esa rebeldía, el 26 de Julio no hubiera resultado posible. De ellos salieron nuestros combatientes. Sin aquellas prédicas, sin aquella semilla, que fue la obra de Chibás, no hubiera prendido la revolución”.
Al iniciarse la década de los años 50, en la pasada centuria, Cuba vivía una época caracterizada por la desmoralización del gobierno auténtico, encabezado entonces por Carlos Prío Socarrás
La situación era caótica, la corrupción se había generalizado por parte del Presidente como la de sus ministros y otros dirigentes políticos.
Diversos sectores del pueblo anhelaban un cambio radical en la situación del país para librarse de las enajenantes condiciones de vida, de los atropellos que padecían y de la explotación.
En el seno del pueblo había hombres que estaban en disposición de consagrar su vida en beneficio de su Patria y a luchar por los intereses de los desposeídos y explotados. Uno de esos hombres, integrante de la juventud del Partido del Pueblo Cubano, Ortodoxo, era Fidel Castro Ruz.
Ya desde 1950, Fidel se había graduado de Doctor en Derecho. Entonces, en unión de dos de sus compañeros de carrera universitaria, abrió un bufete, en la calle Tejadillo número 57, Cuba y Aguiar, en La Habana Vieja.
Se interesó de manera esencial por defender los derechos de personas humildes, de trabajadores y campesinos, y también asumió la acusación de los militares que habían agredido, en 1951, al joven Carlos Rodríguez, quién como consecuencia de los golpes recibidos falleció el 6 de septiembre de ese año.
A su vez, Fidel siguió participando en actividades de carácter político.
Por ejemplo, el 12 de noviembre se trasladó a la ciudad de Cienfuegos, en unión de otro dirigente de la Federación Estudiantil Universitaria, para asistir a un mitin que se celebraría allí, organizado por los estudiantes del Instituto de dicha ciudad.
Ambos fueron detenidos y trasladados a Santa Clara, donde se les radicó una causa por los supuestos disturbios que se produjeron en Cienfuegos.
El 14 de diciembre, resultó juzgado por el Tribunal de Urgencia de Santa Clara. Fidel asumió su propia defensa y planteó un “Yo acuso”, al gobierno de Prío Socarrás. Finalmente, fue declarado absuelto por el Tribunal.
A partir de finales de 1951, también Fidel realizó investigaciones sobre la corrupción, incluso del propio Presidente Carlos Prío.
Fidel mostró cómo habían sido desalojados de sus tierras algunos campesinos y dichos terrenos se habían incorporado a las fincas que tenía el gobernante cubano, y también enunció cómo eran utilizados soldados en forma de mano de obra barata para las citadas fincas.
Fidel no se limitó a obtener esa información, sino que la dio a conocer a través del periódico “Alerta”, el 28 de enero de 1952, en un trabajo titulado “Prío rebaja la función de nuestras fuerzas armadas”.
Tras referirse a la forma ilícita en que fueron adquiridas las fincas, así como a sus características y cultivos, comentó acerca de la explotación inhumana de los trabajadores y la utilización de militares.
Fidel Castro igualmente denunció esta situación en un informe que dirigió, el 3 de marzo de 1952, al Tribunal de Cuentas, que era el máximo organismo fiscalizador de la República de Cuba en esa época.
Tras precisar las acciones corruptas del Presidente Prío Socarrás, también alertó sobre la crítica situación existente en el país y precisó que era necesario salvarlo del derrumbe constitucional y moral que le amenazaba.
Fuentes:
- Encuentro de Fidel Castro con estudiantes de la Universidad de La Habana el 4 de septiembre de 1995.
- Libro de Birán a Cinco Palmas. Autores Eugenio Suárez Pérez y Acela A. Caner Román. Casa Editorial Verde Olivo, La Habana, 2008
- Portal web Soldado de las ideas / Cubadebate
- Centro Fidel Castro Ruz