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publicado el 23/02/2025

Aniversario 130 del reinicio de la guerra por la independencia de Cuba

El 24  de febrero de 1895 en distintos lugares del territorio cubano se produjeron alzamientos para reiniciar la guerra por la independencia.

Hacia menos de un mes que en Cuba se había recibido la Orden de Alzamiento que fuera suscrita en los Estados Unidos de América por José Martí en unión de José María Rodríguez, en representación de Máximo Gómez, y Enrique Collazo quién lo hacía a nombre de los patriotas que se hallaban en territorio cubano.

En dicha orden se especificó que debía realizarse un alzamiento simultáneo, o con la mayor simultaneidad posible, de las  regiones comprometidas, para la fecha en que la conjunción con la acción del exterior sería ya fácil y favorable, y se indicó como fecha probable  durante la segunda quincena, no antes, del mes de febrero.

Ésta  nueva etapa de enfrentamiento a las fuerzas españolas constituyó la continuidad histórica de la lucha iniciada por Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868 que se prolongó por espacio de casi diez años y también de los esfuerzos posteriores que se realizaron con el objetivo de propiciar la liberación de Cuba del dominio colonial español. 

En tal  sentido desempeño Martí un papel esencial. Durante varios años se consagró  al empeñó de contactar a veteranos luchadores independentistas así como a captar  a jóvenes interesados en dar su aporte en esos momentos.

Precisamente en ocasión de hablar el 10 de octubre de 1890 en Nueva York en un acto efectuado con motivo del aniversario del inicio de la guerra por la independencia de su tierra natal, Martí resaltó: “Otros llegarán sin temor a la pira donde humean, como citando con la hecatombe, nuestros héroes; yo tiemblo avergonzado: tiemblo de admiración, de pesar y de impaciencia.”

Y también precisó:

“Me parece que veo cruzar, pasando lista, una sombra colérica y sublime, la sombra de la estrella en el sombrero; y mi deber, mientras me  queden pies, el deber de todos nosotros, mientras nos queden pies, es ponernos en pie, y decir: “¡presente!”

Para trabajar de modo eficaz en la reanudación de la guerra por la independencia de Cuba Martí concibió, más allá de su gestión a título personal, contar con una organización política. 

En tal sentido logró crear el Partido Revolucionario Cubano, cuya proclamación oficial se produjo el 10 de abril de 1892 en la ciudad de Nueva York.

 

Con antelación desde el mes de enero se desarrolló el proceso de análisis y aprobación de las bases y estatutos secretos de dicho Parido y la elección de los que ocuparían la dirección correspondiente. Martí fue elegido Delegado, máxima responsabilidad de la citada organización.

También desde el mes de marzo de ese año había creado  el periódico Patria.

En un trabajo que él elaboró titulado Nuestras Ideas especificó al referirse a la citada publicación:  “Para juntar y amar, y para vivir en la pasión de la  verdad, nace este periódico.”

Igualmente en el citado trabajo se refirió a la necesidad de llevar adelante la guerra y enfatizó al respecto: “Es criminal quién promueve en un país la guerra que se le puede evitar; y quién  deja de promover la guerra inevitable.”

Y seguidamente  expuso: “Él que no ayuda hoy a preparar la guerra, ayuda a disolver el país.”

Varios años después, exactamente  el 25 de marzo de 1895, en lo que históricamente ha sido identificado como el Manifiesto de Montecristi, firmado por Martí en unión de Máximo Gómez, se detallaron los objetivos y alcance de la guerra que ya se había reiniciado un mes antes en Cuba.

Se especificó al respecto:

“La revolución de independencia, iniciada en Yara después de preparación gloriosa y cruenta, ha entrado en Cuba en un nuevo período de guerra, en virtud del orden y acuerdos del Partido Revolucionario en el extranjero y en la isla, y de la ejemplar congregación en él de todos los elementos consagrados al saneamiento y emancipación del país, para bien de América y del mundo.”

Consecuente con sus principios Martí se esforzó por poder trasladarse al territorio cubano lo más pronto posible para dar su contribución directa a la guerra por la independencia.

Logró llegar a la zona oriental de Cuba el 11 de abril de 1895 en unión de Máximo Gómez y un pequeño número de patriotas. En tal sólo dos palabras resumió lo que sentía en ese instante al detallar: Dicha grande.

Desde ese instante Martí supo encarar con firmeza el llevar adelante un transitar en forma constante por diferentes zonas rurales y al peligro de perder la vida en algún enfrentamiento con fuerzas al servicio  del régimen colonial español.

Así lo hizo constar en lo que fue la carta inconclusa que le empezó a escribir el 18 de mayo de 1895  amigo mexicano.

En dicha misiva que no pudo terminar de elaborar al producirse su caída en combate al día siguiente Martí llegó a exponer: “Ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber –puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo- de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América.”

Seguidamente puntualizó:

“Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso. En silencio ha tenido que ser y como indirectamente, porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas, y de proclamarse en lo que son, levantarían dificultades demasiados recias para alcanzar sobre ellas el fin.”

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