Ephemeris

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publicado el 22/01/2024 05:17 pm

Efemérides habaneras. 22 de enero

1879. Pronuncia José Martí su primer discurso en Cuba.

Dedicado a su amigo Alfredo Torroella, en el homenaje que rindió el Liceo de Guanabacoa al poeta antes de ser trasladado su cadáver al cementerio de la localidad. Martí conmovido expresó: “El pudor del dolor es el silencio. Ante la tumba de los poetas, no deben bautizase los oradores, pero lo que no sabe mi voz de peregrino levantar dignamente hasta tu tumba, te lo dicen en tono solemnísimo ese rumor de pueblo agradecido, esos niños que miran medrosos tu cadáver, esos ojos de mujeres cubanas que te lloran”.

Agregó: “Si aún vive en ti algo de aquella alma pura de paloma que supo trocarse en alma de águila para cantar los males de la patria; –si no vaya ya tu espíritu, como todos nuestros espíritus, por entre las pencas gemidoras de nuestras palmas, como para amparar de cerca nuestros campos, llenos más que de yerba, de querellas.”

Alfredo Torroella había nacido en La Habana el 9 de agosto de 1845. En su quehacer se desempeñó como dramaturgo, poeta y maestro.


1904. Nace en La Habana Hortensia Pichardo.

Se graduó en la Universidad de La Habana en las especialidades de Pedagogía y Filosofía y Letras. Ejerció la docencia por casi dos décadas en el Instituto de la Víbora y a partir de 1961 laboró en el magno centro de estudios capitalino. Allí impartió Historiografía y Teoría de la Investigación.

Sus principales aportes a la educación se reflejan en los trabajos de investigación sobre temas cubanos en mapotecas y archivos de Estados Unidos, en el Archivo Nacional, en la Biblioteca de la Sociedad Económica de Amigos del País, en el Archivo municipal y en el Museo de Santiago de Cuba, cuyos resultados publicó junto a su esposo Fernando Portuondo y los cuales constituyen referente obligado para profesores y estudiantes.

Fue una activa participante de los congresos nacionales de Historia y fue fundadora de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba.

Por su meritoria labor recibió numerosos reconocimientos y condecoraciones. Se le otorgó el grado de Doctora en Ciencias Históricas y Profesora de Mérito de la Universidad de La Habana.

Además se le confirió la Orden “Carlos J. Finlay”, la Orden “Ana Betancourt” y la Distinción por la Cultura Nacional.

Recibió además el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba.

Falleció en La Habana el 21 de junio del 2001.


 

1909. Nace en el poblado de Güines, entonces provincia de La Habana, Vicentuna Antuña Tabio.

Se graduó de Bachiller y de Maestra Primaria. Después en la Universidad de La Habana realizó estudios de Filosofía y Letras en Pedagogía. Desempeñó una importante labor en el campo de la docencia desde 1934 en que ganó una plaza de profesora.

Durante casi 60 años se mantuvo vinculada con la Universidad de La Habana.

Su afán de justicia social, su fe en el mejoramiento humano por medio de la educación y la cultura, así como su conducta consecuente con sus propósitos transformadores de la sociedad, la hicieron participar activamente en el movimiento político y social de su época y desarrolló importantes funciones en instituciones no oficiales, promotoras de la cultura nacional. Realizó una meritoria labor en favor de los derechos de la mujer.

Por su formación, experiencia y prestigio, tras producirse en Cuba el triunfo revolucionario en 1959 ocupó diversas responsabilidades.

Su fallecimiento ocurrió en La Habana el 8 de enero de 1993-


1959. Ante cerca de 400 periodistas extranjeros en una conferencia de prensa efectuada en el Hotel Riviera en La Habana el Comandante en Jefe Fidel Castro expresó: “En primer lugar quiero que sepan qué es el pueblo de Cuba. Difícilmente se encuentre un pueblo más sensible que éste, más noble que éste. Nuestros periodistas son hombres muy sensibles a toda injusticia. Nuestros intelectuales son hombres muy sensibles a toda injusticia. Nuestros sacerdotes o predicadores de las distintas religiones son hombres muy sensibles a toda injusticia. Nuestros trabajadores, nuestros obreros, nuestros campesinos, nuestra opinión pública. Éste es un pueblo extremadamente sensible, que una injusticia es capaz de virarlo contra cualquiera”.

Agregó: “Nosotros, antes que nada, sentimos los intereses de América, que es también una patria grande todos nosotros. Queremos defender los intereses de nuestro pueblo, queremos la independencia política y la independencia económica, que cese la explotación y establecer regímenes de justicia social dentro del más amplio cuadro de libertades humanas. ¡Las libertades humanas por encima de todo y, con ello, la justicia social!”.

 

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