
Ernesto Che Guevara: Patrimonio de América y del mundo
Al hablar en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, el 11 de diciembre de 1964, el Comandante Ernesto Che Guevara señaló al referirse al país donde había nacido y patentizar su proyección internacionalista y su disposición de servir a la causa de cualquier pueblo del mundo:
“He nacido en la Argentina, no es un secreto para nadie. Soy cubano y también soy argentino y, si no se ofenden las ilustrísimas señorías de Latinoamérica, me siento tan patriota de Latinoamérica, como el que más y, en el momento que fuera necesario, estaría dispuesto a entregar mi vida por la liberación de cualquiera de los países de Latinoamérica, sin pedirle nada a nadie, sin exigir nada, sin explotar a nadie…”
Por su modo de actuar Che Guevara es patrimonio de América y del mundo más que del país específico donde naciera, viviera o luchara. Desarrolló su existencia en correspondencia con una profunda convicción y motivación.
Su nacimiento se produjo en la ciudad de Rosario, Argentina, el 14 de junio de 1928. Siendo muy joven, en los recorridos que realizó primero por su país natal y después por otros países de América Latina, entró en contacto con los hombres y mujeres humildes.
Precisamente desde finales de 1951 y hasta mediados del año siguiente junto con su amigo Alberto Granado, inicialmente con el empleo de una moto, realizó un amplio transitar por otras zonas de Argentina, Chile, Perú, Colombia hasta llegar a Caracas, la capital de Venezuela.
Tras retornar a Argentina y concluir sus estudios de medicina decidió emprender otro recorrido. Tuvo el propósito de reencontrarse con su amigo Granado que había permanecido en Venezuela, pero después desde Ecuador decidió dirigirse hacia Guatemala.
Allí vivió, en 1954, la singular experiencia de ver cómo elementos reaccionarios, con el empleo de la fuerza y con el apoyo de Estados Unidos, provocaron el derrocamiento de un gobierno progresista.
Entonces tuvo que salir de este país y trasladarse hacia México, donde se reencontró con un joven revolucionario cubano, Antonio “Ñico” López, que había conocido en Guatemala, y a través de él entró en contacto con Fidel Castro, quien en julio de 1955 había llegado a la capital mexicana con el objetivo de reorganizar el movimiento revolucionario que encabezaba con vista a reanudar la lucha de liberación en Cuba.
Acerca de ese encuentro con Fidel escribió con posterioridad: “Lo conocí en una de esas frías noches de México, y recuerdo que nuestra primera discusión versó sobre la política internacional. A las pocas horas de la misma noche –en la madrugada- era yo uno de los futuros expedicionarios…”
Se incorporó entonces al grupo de revolucionarios cubanos que se entrenarían en México para retornar a Cuba con el objetivo de reanudar la lucha contra la dictadura batistiana.
Y fue así como el ya conocido como Che, por su procedencia argentina, el 25 de noviembre de 1956 formó parte del grupo de 82 expedicionarios encabezados por Fidel Castro, que salió hacia Cuba a bordo del pequeño yate Granma.
Desembarcó por la zona suroriental del territorio cubano, cerca de la Playa Las Coloradas el dos de diciembre y tres días después recibió su bautismo de fuego cuando los soldados de la dictadura batistiana atacaron en forma sorpresiva en Alegría de Pio a los combatientes revolucionarios.
El Che en días posteriores fue uno de los pocos combatientes que logró reagruparse con Fidel. Aún en medio de condiciones extremadamente difíciles, con un número muy reducido de combatientes y de armas, él también ratificó su decisión de respaldar a Fidel en el empeño de continuar la lucha.
Entre 1957 y 1958 el Che Guevara se destacó como un combatiente y como uno de los jefes más capaces de la tropa rebelde. Incluso fue el primero de los miembros del Ejército Rebelde a quién Fidel le otorgó en 1957 el grado de Comandante y también fue jefe a partir de finales de julio de 1958 de la Columna invasora número 8 “Ciro Redondo” que salió de la Sierra Maestra y llegó a la entonces central provincia de Las Villas, donde también entre finales de octubre y diciembre de 1958 llevó a cabo importantes acciones, como la batalla de Santa Clara y además realizó una significativa labor política.
Tras la victoria popular de primero de enero de 1959, el Che Guevara se convirtió en uno de los más queridos dirigentes de la Revolución Cubana, y fue capaz igualmente, además de su labor dentro de las Fuerzas Armadas, de desempeñar con acierto varias responsabilidades, tales como jefe del Departamento de Industrialización del Instituto Nacional de Reforma Agraria, Presidente del Banco Nacional de Cuba y Ministro de Industrias, respectivamente.
También fue miembro de la Dirección Nacional de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) y del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba.
En abril de 1965 consecuente con sus principios él decidió salir de Cuba para su contribución como combatiente internacionalista a la causa de otros pueblos.
Antes de su salida le escribió una carta a Fidel en la que le manifestó:
“Fidel: Me recuerdo en esta hora de muchas cosas, de cuando te conocí en casa de María Antonia, de cuando me propusiste venir, de toda la tensión de los preparativos. Un día pasaron preguntando a quién se debía avisar en caso de muerte y la posibilidad real del hecho nos golpeó a todos. Después supimos que era cierto, que en una revolución se triunfa o se muere (si es verdadera). Muchos compañeros quedaron a lo largo del camino hacia la victoria.”
El Che también le expuso a Fidel: “Hago formal renuncia de mis cargos en la dirección del Partido, de mi puesto de Ministro, de mi grado de Comandante, de mi condición de Cubano. Nada legal me ata a Cuba, sólo lazos de otra clase que no se pueden romper como los nombramientos.”
Además en otra parte de dicha misiva, precisó: “Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento será para este pueblo y especialmente para tí. Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo al que trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de mis actos. Que he estado identificado siempre con la política exterior de nuestra Revolución y lo sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la responsabilidad de ser revolucionario cubano, y como tal actuaré.”
Primero fue en tierras del continente africano donde el Che estuvo y algún tiempo después llegó a Bolivia.
El 8 de octubre de 1967 el Che libró su último combate en la selva boliviana. Al ser herido y tener su arma inutilizada fue capturado y asesinado al día siguiente en la escuelita de La Higuera.
Varios días después en la velada solemne efectuada en la Plaza de la Revolución “José Martí”, en La Habana, el 18 de octubre de 1967, Fidel precisó que el Che no cayó defendiendo otra causa que no fuera la causa de los pobres y de los humildes de esta tierra.
Al referirse a la trascendencia del legado del Che detalló que le ha dejado al mundo un gran patrimonio, y al significar esta afirmación Fidel enfatizó: “Nos dejó su pensamiento revolucionario, nos dejó sus virtudes revolucionarias, nos dejó su carácter, su voluntad, su tenacidad, su espíritu de trabajo. En una palabra, ¡nos dejó su ejemplo! ¡Y el ejemplo del Che debe ser un modelo para nuestro pueblo, el ejemplo del Che debe ser el modelo ideal para nuestro pueblo!”
FIDEL LEE LA CARTA DE DESPEDIDA DEL CHE
https://www.youtube.com/watch?v=IuCh1Q-0H8s&t=2s