Tras daños menores en el arbolado y con acciones inmediatas para recuperarse, la Quinta de los Molinos se alista para la reapertura y retomar las actividades que tanto atraen a las personas que residen en la ciudad y sus visitantes.

“La quinta no perdió árboles valiosos, y eso es una buena noticia, pero sí ramas y tuvimos mucha exfoliación, áreas que antes no tenían sol, ahora lo tendrán. Las mayores afectaciones fueron en la jardinería, debido a la caída de las ramas”, dijo Alejandro Palmarola, especialista en flora de este jardín urbano de la Oficina del Historiador de la Ciudad.

“No perdimos nada en infraestructura, que también era importante. La quinta está prácticamente recuperada: la casa de museo está en perfectas condiciones y prácticamente estamos en listos para abrir,  aunque estamos retocando el tema de la jardinería y la limpieza porque hay grandes cantidades de hojas en el suelo”, agregó.

De acuerdo con el especialista en flora, la quinta reabrirá esta semana, desde el jueves, con una exposición del grupo Cuba bonsái, el mariposario, el acuario que está por la calle Infanta y el museo.

Otra de las novedades de la semana será la reapertura de la clínica veterinaria de la Quinta de los Molinos, que brindará servicios a la comunidad, entre ellos, desparasitación, corte de uñas, limpieza de glándulas perianales y de oídos y revisión bucal, que se irán ampliando con posterioridad.  

A su vez, dijo, se han mantenido las actividades corporativas que teníamos de algunos centros, planificadas con anterioridad, entre ellas, un taller internacional de la Fundación Antonio Núñez Jiménez (FANJ), dedicado al tema del arbolado urbano, las lecciones aprendidas del reciente huracán Ian, cuáles especies resistieron mejor el impacto de los vientos y cuáles cayeron, entre otras temáticas.

Limpieza de áreas de la Quinta de los Molinos. Foto: Raquel Sierra

Una quinta en el corazón de la ciudad

Primero espacio para convertir el tabaco en rapé; luego, residencia de los capitanes generales y del generalísimo Máximo Gómez, importante militar de la gesta independentista cubana, la Quinta de los Molinos es hoy un parque ecológico en el centro de La Habana.

Colindante con tres de los 15 municipios habaneros: Centro Habana, Cerro y Plaza de la Revolución, en sus 4,8 hectáreas se encuentran unas ciento setenta especies vegetales, de ellas 14 endémicas de la flora cubana.

De la fauna silvestre asociada a la vegetación, habitan más de 66 especies, de ellas 19 de moluscos (siete fluviales y 12 terrestres), incluyendo un endémico local, dos de anfibios, ocho de reptiles, 32 de aves (catorce migratorias) y cinco de mamíferos.

Delimitada por el antiguo Paseo de Carlos III, la Calzada de Infanta y el barrio de Cayo Hueso, así como por la Avenida de los Presidentes, la Quinta de los Molinos fue declarada Monumento Nacional en 1981. Sometida a una restauración en 1986, acogió el Museo Máximo Gómez hasta 2004, cuando fue cerrada al público por el elevado deterioro de las construcciones y del Jardín Botánico.

A partir de 2006, la Quinta de los Molinos pasó a formar parte del patrimonio de la Oficina del Historiador de La Habana e inmediatamente comenzaron las labores de restauración de todas las instalaciones así como el rescate y la conservación de su patrimonio original.

El proyecto de rehabilitación dio paso a un programa de desarrollo ambiental comunitario que comprende servicios de información científico-técnica, cursos de superación y talleres, así como diversas propuestas culturales.

Limpieza de áreas de la Quinta de los Molinos. Foto: Raquel Sierra

Tomado de Tribuna de la Habana