La doctora Nydia Sarabia en un trabajo titulado La palma en Martí reflejado en la revista Revolución y Cultura, en enero de 1985, señaló al destacar la presencia  de ese árbol en la obra martiana:

No hay sitio en Cuba donde no crezca la palma real; forma parte de nuestro paisaje. Sus penachos siempre verdes y el tallo recto y firme de la palma, fueron cobija de los primeros pobladores de Cuba, nuestros desaparecidos aborígenes; también de los campesinos. En las guerras de independencia no sólo sirvió para construir bohíos y ranchos, donde los mambises se guarecieron, sino que constituyó parte de su alimentación; y con yaguas, cuando fue necesario hicieron sus zapatos… Y eso explica por qué la palma fue para José Martí un símbolo que aparece por doquier en su extensa papelería". 

La intelectual y escritora, ensayista y gran admiradora de la obra martiana, expresó en ese mismo volumen

Basta una mirada a las Obras Completas del  Héroe Nacional para encontrar en sus poemas, artículos, fragmentos o en las dedicatorias de libros y fotografías de circunstancias, una remisión constante al símbolo de la palma, el cual aparece siempre a la par de su actividad independentista.”