La Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental (ORSA), del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), destacó los significativos avances de un proyecto nacional para crear capacidades de identificación y detección de Organismos Genéticamente Modificados (OGMs).

La iniciativa, que cuenta con financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y comenzó en abril de 2020, está enfocada en fortalecer la bioseguridad y apoyar el desarrollo agrícola del país, en línea con los objetivos de alcanzar la soberanía alimentaria.

Según explicó Tanya Romay Fernández, experta en políticas de ORSA y coordinadora general del proyecto, entre sus logros centrales está la creación y puesta en marcha de dos laboratorios de alta especialización. Estas instalaciones, ubicadas en el Centro de Investigaciones Científicas de la Defensa Civil y en el Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (CENSA), en Mayabeque, se encuentran actualmente en proceso de acreditación.

Un aspecto clave es su integración a la Red Latinoamericana de Laboratorios de Detección de OGMs, lo que facilitará el intercambio de experiencias y metodologías con instituciones homólogas de la región.

Estos laboratorios dotarán a Cuba de una capacidad técnica crucial: determinar si las semillas modificadas genéticamente importadas para siembra, así como los granos o harinas destinados a la alimentación animal, cumplen con los estándares de calidad requeridos. Esta función es vital para la seguridad alimentaria nacional.

El proyecto, con fecha de conclusión en 2026, ya cuenta con personal capacitado mediante entrenamientos internacionales en técnicas moleculares, además de los protocolos, guías y procedimientos necesarios, desarrollados y adaptados a la realidad cubana.

Romay Fernández subrayó que el fortalecimiento de estas capacidades en bioseguridad busca la implementación completa del Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología en Cuba. Este protocolo internacional tiene como objetivo garantizar la protección en la transferencia, manipulación y uso seguro de los organismos vivos modificados, considerando sus posibles efectos en la diversidad biológica y la salud humana.

Por su parte, Antonio Casanova Guillarte, director general de ORSA, recordó que esta oficina es la autoridad nacional encargada de regular y controlar el cumplimiento de la legislación ambiental. Entre sus misiones están velar por la seguridad biológica, química, nuclear y radiológica, proteger al medio ambiente de la contaminación, y controlar el comercio internacional de especies amenazadas y de desechos peligrosos.

Este proyecto representa un paso estratégico para Cuba, al equilibrar el potencial uso de la biotecnología en la agricultura –con beneficios como el aumento de la productividad y la regeneración de suelos– con un marco de bioseguridad robusto y científico que proteja su biodiversidad y la salud de su población.

Fuente: Tribuna de La Habana