Ya comenzó en Cueto, Holguín, el montaje del primer contenedor de baterías del Sistema de Almacenamiento de Energía (BESS), una inversión técnica que ofrecerá más estabilidad y soberanía al Sistema Eléctrico Nacional, y que se ejecuta de conjunto con la Unión Constructora Militar (UCM).

La noticia dada a conocer por la Unión Eléctrica de Cuba, y destacada recientemente en la red social X por el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, no es solo una mera actualización de obra; representa un avance concreto en uno de los puntos más críticos de la economía y la vida diaria en Cuba: el sistema electroenergético.

La inversión en equipos de acumulación de energía forma parte del Plan de Gobierno para la Recuperación del Sistema Electroenergético Nacional, escribió Rodríguez Parrilla sobre la foto que acompaña este comentario, y concluyó: Se continúa trabajando con ahínco por el bienestar del pueblo.

Estas baterías permiten almacenar el exceso de energía generada (por ejemplo, en horas de mayor producción solar o eólica, o cuando hay mayor disponibilidad de combustible) inyectarla en los momentos de mayor demanda o cuando hay un déficit de generación. Esto actúa como un estabilizador para la red.

Casi a las puertas del 2026, alienta pensar en su impacto: Ayudará a suavizar las fluctuaciones de voltaje y frecuencia, protegiendo equipos sensibles y mejorando la calidad del servicio, y permitirá un uso más eficiente de la capacidad de generación disponible, ya sea térmica o renovable. Es un componente esencial para integrar a mayor escala la energía solar y eólica, que son intermitentes. Sin almacenamiento, su aporte tiene un límite técnico para no desestabilizar la red.

Que el anuncio provenga del canciller en X subraya que este proyecto trasciende lo técnico y se enmarca en una prioridad nacional de soberanía y desarrollo. El hecho de que se ejecute con la Unión Constructora Militar (UCM) indica la prioridad estratégica y la movilización de recursos estatales clave. Este primer contenedor en Cueto es un proyecto piloto. Su éxito medible (en MWh de capacidad, impacto local en la estabilidad) será fundamental para justificar y escalar la inversión a otros puntos críticos de la red nacional.

La tecnología BESS es avanzada y requiere mantenimiento especializado. Su eficacia dependerá también de una gestión operativa integrada con el despacho nacional de carga.

Es importante recordar que esta acción, aunque positiva, es una parte de la solución. Debe complementarse con la necesaria eficiencia energética en todos los sectores.

Este es un movimiento técnicamente acertado y alineado con las mejores prácticas globales para modernizar redes eléctricas. Su implementación exitosa podría marcar un punto de inflexión en la gestión de la red eléctrica cubana, aportando mayor confiabilidad al servicio, un beneficio directo para la población y la economía, y allanando el camino para un futuro con mayor participación de energías limpias.

(Fuente: @BrunoRguezP y @OSDE_UNE)