Un encuentro de fe y solidaridad, Quisicuaba recibe la visita de representantes de la Iglesia de Matanzas
En el dinámico corazón de Centro Habana, donde la vida palpita con intensidad, se alza un proyecto que encarna como pocos la vocación humanista y solidaria de la sociedad cubana. La institución sociocultural Quisicuaba, reconocida como un faro de amor y compromiso, fue recientemente escenario de un emotivo y significativo encuentro que vino a confirmar, desde la mirada externa, la envergadura de su incansable labor.
La visita, cargada de emoción y respeto, estuvo encabezada por el Presbítero Padre Diego Alberto Silva y las Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora, Rosa Elena Jaimes y Victoria Guarnizo. Provenientes de las Comunidades Parroquiales de la Purísima Concepción en Bolondrón y de Santa Catalina Mártir en Pedro Betancourt, en la provincia de Matanzas, su propósito era conocer de primera mano la extraordinaria obra que día a día se despliega en favor de cubanas y cubanos.
Lo que encontraron superó cualquier expectativa. Los visitantes quedaron profundamente impresionados y conmovidos ante la dimensión y, sobre todo, el amor que distingue a los 34 Programas Sociales que Quisicuaba desarrolla. Con un énfasis notable en la reinserción social y la atención a las más diversas vulnerabilidades, cada iniciativa de la institución se presenta como un hilo esencial en el tejido social que protege, incluye y levanta a quienes más lo necesitan.
El encuentro, sin embargo, fue mucho más que una mera presentación de logros. Se transformó en un diálogo fraterno y profundo en el que se reflexionó sobre los valores que definen a la nación: el amor al prójimo, la paz, la solidaridad y la importancia capital de permanecer unidos. Fue un intercambio de experiencias enriquecedor, basado en el respeto mutuo y en una admiración compartida por una causa común: el bienestar del pueblo.
Este acercamiento entre instituciones de tanto prestigio y arraigo comunitario es una evidencia tangible de la unidad que caracteriza a la sociedad cubana.
Para Quisicuaba, este reconocimiento desde quienes también dedican su vida al servicio desde la fe cristiana, representa un espaldarazo a su misión. La institución, que ya es un símbolo del amor y la acogida que Cuba profesa a todos sus hijos e hijas, sin distinción, se erige una vez más como un pilar fundamental para cimentar la armonía social y la justicia.
Su trabajo, ahora atestiguado con emoción por estas dignas representantes de Matanzas, continúa siendo un ejemplo vivo de que, en la diversidad de creencias y enfoques, prevalece el compromiso irrenunciable con el ser humano.
Fuente: Perfil de Facebook Proyecto Sociocultural Cabildo Quisicuaba