La cultura cubana está de luto. Luis Alberto Ramírez, destacado escritor y actor cuya carrera dejó una profunda huella en la televisión y el quehacer cultural de la isla, falleció a los 65 años.

Nacido en 1960, Ramírez forjó una trayectoria artística marcada por la versatilidad y la excelencia. Durante décadas, se consolidó como una voz narrativa fundamental y un intérprete de notable presencia, un nombre imprescindible para entender el desarrollo de la dramaturgia y la actuación televisivas en Cuba.

Como guionista, fue el artífice de historias que se ganaron un lugar en el imaginario popular. Sus obras, caracterizadas por un agudo sentido del drama, un humor inteligente y una profunda conexión con la idiosincrasia cubana, reflejaron con honestidad y calidez la vida y las pasiones de su gente. A través de sus guiones, Ramírez no solo entretuvo, sino que también documentó y dialogó con la sociedad de su tiempo.

En su faceta como actor, demostró un talento igualmente formidable. Con un registro que iba desde la comedia hasta el drama más intenso, dotó a sus personajes de una autenticidad que los hacía creíbles y cercanos para el público. Su presencia en pantalla era sinónimo de calidad, rigor interpretativo y un compromiso constante con la verdad del personaje.

Más allá de sus logros individuales, Luis Alberto Ramírez era considerado un profesional de referencia y un pilar dentro de la comunidad artística. Su ética de trabajo, su generosidad para compartir conocimientos y su permanente defensa de la calidad artística lo convirtieron en una figura respetada y admirada por colegas y discípulos.

Su fallecimiento deja un vacío considerable en la escena cultural cubana. Sin embargo, su legado pervivirá a través de la extensa obra que construyó con pasión y talento. Las historias que escribió y los personajes que inmortalizó en pantalla aseguran que Luis Alberto Ramírez seguirá vivo en la memoria y el corazón del público que tanto lo apreció.

Fuente: Perfil Cubavisión  el Canal de Todos