La máxima de Fidel Castro, "La Cultura es lo primero que hay que salvar", resonó con fuerza en una mañana cargada de cubanía, donde los más pequeños demostraron ser los guardianes más fieles de nuestras tradiciones.

 En el marco de la celebración por el Día de la Cultura Cubana, la escuela primaria "Nicolás Estévanez" ubicada en el municipio Plaza de la Revolución, se convirtió en el epicentro de un homenaje emotivo a la identidad nacional. La visita de autoridades de alto nivel del gobierno, encabezada por la viceprimera ministra Inés María Chapman Waugh, otorgó a la actividad una significación especial, subrayando la importancia que el estado concede a la formación cultural desde las edades más tempranas.

La visita oficial, que incluyó también a la ministra de Educación, Naima Ariatne Trujillo Barreto, y al ministro de Cultura, Alpidio Alonso Grau, junto a otros directivos, se trasladó hasta el centro educativo con un propósito claro: compartir con alumnos y docentes la jornada de festividad patriótica.

La mañana comenzó con la solemnidad que merece la fecha. Al igual que hace 157 años, las notas del Himno de Bayamo se alzaron en el matutino, conectando a las nuevas generaciones con el grito independentista que dio origen a nuestra nacionalidad. Ese instante de recogimiento inicial pronto dio paso a un torrente de color, música y alegría.

El centro escolar se transformó en una fiesta de la cubanía. Bailes que reflejaron la riqueza del folclore, poesías que declamaron el amor a la Patria y risas infantiles llenaron cada rincón. Fue una actividad donde lo pedagógico y lo festivo se fundieron, demostrando que la cultura no es una asignatura estática, sino una experiencia viva que se siente, se canta y se baila.

La presencia de las más altas autoridades en el ámbito educativo y cultural en una escuela primaria envía un potente mensaje. Refleja una estrategia consciente de que el futuro de la nación y la preservación de su esencia cultural se forjan en las aulas. Ver a los niños y niñas como protagonistas absolutos de esta celebración reafirma que en ellos reside la continuidad de nuestros valores e idiosincrasia.

La visita a la escuela "Nicolás Estévanez" fue un  reencuentro con las raíces, la confirmación de que, cuando la cultura se siembra con amor y dedicación en el corazón de los más jóvenes, se cumple con creces el mandato de salvaguardar lo más preciado de nuestra nación. Una mañana de octubre que, entre versos, danzas y la inocencia de una sonrisa, pintó de futuro la tricolor bandera cubana.

Fuente: Perfil de Facebook Consejo de la Administración Municipal de Plaza de la Revolución.