La familia bancaria cubana celebra hoy su día, en una jornada que trasciende el mero reconocimiento profesional para convertirse en un reencuentro con la historia y una reafirmación del compromiso con el presente y el futuro de la nación.

La fecha marca el aniversario 65 de uno de los actos de mayor justicia social y soberanía económica de la Revolución: la Nacionalización de la banca.

Esa decisión histórica transformó el sector, de un instrumento de lucro privado, en una herramienta al servicio del pueblo y del desarrollo nacional. Los bancos dejaron de ser palacios de mármol inaccesibles para convertirse en entidades de servicio público, orientadas a financiar la industria, la agricultura y los proyectos sociales que han definido el proyecto de la nación.

Hoy, los bancarios cubanos enfrentan desafíos complejos en un escenario económico internacional hostil y bajo el rigor del bloqueo económico. Sin embargo, la jornada se convierte en un recordatorio de su rol estratégico. Son ellos los que garantizan  la circulación monetaria, los facilitadores de las operaciones comerciales, impulsores de las políticas crediticias y los guardianes de la estabilidad financiera del país. Su labor, aunque a veces opaca para el ciudadano de a pie, es el sistema circulatorio de la economía nacional.

La celebración también tiene un matiz de orgullo institucional local, como lo demuestra el hashtag #Banmet29Años, que celebra las casi tres décadas del Banco Metropolitano S.A., una entidad que ha crecido a la par de la capital, adaptándose a sus necesidades y retos.

En un mundo globalizado y financieramente interconectado, el sistema bancario cubano sigue siendo un bastión de soberanía. Sesenta y cinco años después de aquella gesta, el Día del Trabajador Bancario no es solo una mirada al pasado, sino un brindis por la resistencia y una apuesta por la eficiencia y la innovación en el complejo panorama económico actual. La confianza del pueblo, su depósito más valioso, sigue estando en sus manos.

Fuente: Banco Metropolitano S.A.