Hoy, 24 de agosto, conmemoramos el 106º aniversario del natalicio de Bartolomé Maximiliano Moré Gutiérrez, mejor conocido como Benny Moré, una de las figuras más emblemáticas y trascendentales de la música cubana.

Nacido en la pequeña localidad de Santa Isabel de las Lajas, en la entonces provincia de Las Villas, su legado se mantiene vivo y resonante como un faro musical que sigue iluminando no solo a la isla, sino al mundo entero.

Desde muy joven, Benny Moré mostró un talento excepcional para el canto y la composición. Su voz única, potente y emotiva le valió el apodo de "El Bárbaro del Ritmo".

No era solo su técnica, sino la capacidad para imprimir vida y sentimiento en cada nota, fusionando géneros tradicionales como el son, el bolero, la guaracha y el mambo, con una elegancia innata.

Benny Moré no solo fue un cantante; fue también un maestro de la improvisación, un orquestador brillante y uno de los grandes caballeros de la música cubana, cuyo arte ha trascendido fronteras y generaciones.

A pesar de su fallecimiento prematuro, en 1963, cuando apenas contaba 43 años de fecunda existencia, Benny Moré dejó un legado imborrable. Sus grabaciones y composiciones continúan siendo estudiadas, interpretadas y veneradas. Su música sigue siendo un símbolo de la identidad nacional, un puente entre el pasado y el presente, que invita a nuevas generaciones a redescubrir la riqueza cultural de Cuba.

Que su legado siga inspirando a artistas y oyentes en todo el mundo, recordándonos que la música tiene el poder incomparable de unir corazones y contar la historia de un pueblo.

Fuente: Periódico Granma.