Una representación de mujeres combatientes de la Dirección General de la Policía Nacional Revolucionaria (DGPNR), en representación de todas las oficiales del sistema policial del país, realizaron una emotiva visita a la sede nacional de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en La Habana.

La coronel Daniset González Sánchez, jefa del Departamento de Información y Análisis de la DGPNR, entregó el sello conmemorativo 65 aniversario de la PNR a Teresa Amarelle Boué, integrante del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Secretaria General de la FMC.

En la ocasión se dio lectura y entregó una carta de felicitación de la Policía Nacional Revolucionaria por el aniversario 65 de la organización femenina.

Este homenaje es un reconocimiento a la disciplina y tenacidad de las mujeres cubanas, la columna vertebral de la sociedad.

En ese gesto, cargado de emoción y simbolismo, se resumía toda una historia: la de una Revolución que sabe mirarse en el espejo de sus mujeres y encontrar allí su imagen más fiel y pura.

También 65 oficiales de la PNR intercambiaron con la Master en Ciencias Adelaida Becker, en la Brigada de Patrullas de la DGPNR.

La profesora titular, investigadora auxiliar de la Oficina de Asuntos Históricos de la Presidencia de la República no solo presentó datos y fechas; tejió con su verbo el hilo dorado de la epopeya femenina de Cuba.

Con la pasión de quien no solo estudia la historia, sino que la siente latir en sus venas, iluminó el camino recorrido, un sendero pavimentado con la entereza, la inteligencia y el valor inconmensurable de nuestras mujeres.

En el centro de esa constelación de heroínas brilló con fuerza propia el nombre de Vilma Espín Guillois. A través de las palabras de la profesora Adelaida, su espíritu rebelde, su sonrisa serena y su inquebrantable convicción volvieron a caminar entre nosotros.

Se recordó a la ingeniera, a la guerrillera, a la presidenta eterna de la FMC, al artífice de derechos y defensora incansable de la igualdad. Vilma, la flor auténtica que se hizo fuego, luego ley, oportunidad y faro.

Este emotivo y profundo encuentro fue un vibrante recordatorio de que la historia no está en los libros polvorientos, sino en el corazón de cada cubano y cubana que hoy construye, defiende y sueña.

Fue la confirmación de que la valentía de ayer siembra la seguridad de hoy, y que la voz de Vilma, junto a la de todas las que hicieron historia, sigue viva en el paso firme de las combatientes de la PNR y en el latir de un pueblo que no olvida la Historia.

(Tomado de Tribuna de La Habana)