Mirta Aguirre Carreras, cuyo nacimiento tuvo lugar en La Habana el 18 de octubre de 1912, fue una gran poeta.

En una de sus obras llegó a  señalar:

     Quiero tener para mí

     Un rincón bajo las hayas

     Tirar el blanco y guardar

     Para mi la última bala

     No para matarme, no

     No para duelo y desgracia,

     Para amuleto - esconderla

     Bajo un pliegue de mi falda.

Mirta Aguirre fue catalogada como una de las figuras femeninas más integrales, coherentes y lúcidas de Latinoamericana. Ya en 1947  obtuvo un significativo premio en los juegos Florales Iberoamericanos con su obra Influencia de la Mujer en Iberoamérica. Varios lustros después  alcanzó otro importante premio. Exactamente en 1974 ganó en el concurso que sobre SOR Juana Inés de la Cruz convocó la Secretaría de Obras Públicas de México con su libro Del encanto a la sangre SOR Juana Inés de la Cruz.

Durante su vida ella también realizó una intensa y fructífera actividad como intelectual revolucionaria. Cuando contaba 18 años, tras la muerte del dirigente estudiantil universitario Rafael Trejo, asesinado en 1930 en La Habana, se unió a los grupos de acción del Directorio Estudiantil del Instituto de La Habana. Dos años después ingresó en el Partido Comunista y fue la primera mujer intelectual en militar en Cuba en las filas de esta organización.

Posteriormente fue una de los miembros fundadores de la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo. Asistió además a distintos eventos culturales y políticos efectuados en diferentes partes del mundo, entre ellos a congresos por la paz y la soberanía de los pueblos. Después del triunfo revolucionario en Cuba ejerció el magisterio. Formó a varias generaciones de profesionales de las letras y las artes. También investigó profundamente la obra de José Martí. Por su labor en sentido general, en Cuba se le otorgaron distintos reconocimientos.

Una de las condecoraciones que le fueron conferidas fue la Medalla 250 Aniversario de la Universidad de La Habana. Entre sus obras poéticas más significativas y conocidas se encuentra un poema que dedicó especialmente a rendir homenaje al Comandante  Ernesto Che Guevara. Este poema ella lo tituló Canción antigua a Che Guevara. Mirta Aguirre falleció en La Habana el ocho de agosto de 1980. En los instantes que ocurre su deceso dirigía el Instituto de Literatura y Lingüística de Cuba.