El pensamiento de José Martí y Fidel Castro constituye la base ética, política y social que sigue guiando a Cuba en el presente, reflejando un legado histórico que trasciende generaciones y se adapta a los desafíos contemporáneos. Ambos líderes compartieron una visión profunda sobre la dignidad humana, la justicia social, la soberanía nacional y la paz, valores que hoy permanecen vigentes y se manifiestan en las políticas y acciones del país.

José Martí, como padre de la nación cubana, defendió la independencia y la dignidad plena del ser humano, insistiendo en que la justicia y la equidad son condiciones indispensables para la paz verdadera. Su ideario, basado en la solidaridad y la educación, fue la raíz del proyecto revolucionario cubano, orientado a construir una patria libre y justa en armonía con el mundo. Martí no solo fue un héroe del siglo XIX, sino un visionario que anticipó los retos futuros de la humanidad y la necesidad de un compromiso universal con la paz y la justicia.

Fidel Castro, por su parte, asumió y actualizó este legado martiano, integrando el pensamiento marxista-leninista para consolidar un modelo social basado en la soberanía, el antimperialismo y la justicia social. Su liderazgo se caracterizó por una ética humanista de servicio y una firme defensa de la paz como deber sagrado de todos los pueblos, sin distinción de raza, religión o nacionalidad. Fidel enfatizó que la paz no es solo ausencia de conflicto, sino también desarrollo, equidad y respeto a los derechos humanos.

En el contexto actual, marcado por crisis globales, desigualdades y tensiones internacionales, las ideas de Martí y Fidel cobran renovada vigencia. Cuba mantiene su compromiso con la paz, la justicia social y la solidaridad internacional, evidenciado en sus programas sociales, misiones médicas en el mundo y políticas educativas que promueven la conciencia crítica y la inclusión. Además, enfrenta con resiliencia las presiones externas, reafirmando su derecho al desarrollo soberano y a la defensa de la paz y la estabilidad social.

Este legado común es el fundamento del proyecto revolucionario cubano, que busca construir un futuro sostenible, justo y pacífico, inspirando a las nuevas generaciones a continuar la lucha por la dignidad humana y la unidad de los pueblos. Como expresó Fidel, “luchar por la paz es el deber más sagrado de todos los seres humanos”, un llamado universal que hoy sigue siendo una guía ética y política para Cuba y el mundo.

Fuentes:

1. Rev. Médica Electrónica, “Ideario salubrista de Fidel Castro como continuidad del legado martiano”

2. Centro Fidel, “José Martí en Fidel Castro”