
La Habana lista para el torneo sub 23 de béisbol
El béisbol regresa, y no de cualquier forma: lo hace con la fuerza y la promesa de los que apenas comienzan a forjar su destino. Desde el próximo 14 de junio, el país será escenario del VIII Campeonato Nacional de Béisbol Sub-23, un torneo que, tras tres años de ausencia, vuelve a ocupar su lugar en el mapa competitivo cubano como un soplo de esperanza para el futuro de la pelota.
Esta categoría es esencial para el desarrollo de los peloteros. Tener su propio campeonato no solo permite a los menores de 23 años acumular experiencias decisivas, sino que les brinda una plataforma para demostrar su talento bajo presión real, en un entorno competitivo que no perdona distracciones. Es, en esencia, un paso intermedio entre los sueños de infancia y la primera categoría, una fragua de carácter.
El torneo se jugará en un formato de cuatro grupos de cuatro equipos cada uno. Los dos mejores de cada llave avanzarán a las semifinales regionales —Occidente (grupos A y B) y Oriente (C y D) —, de donde emergerán los finalistas que disputarán el título en una serie de tres partidos.
Según está previsto, la competencia se desarrollará los fines de semana y de martes a jueves, con doble juego los sábados. Cada equipo jugará 18 partidos en la fase clasificatoria, seis contra cada rival de su grupo.
La Habana formará parte del grupo A junto a Artemisa, Pinar del Río y la Isla de la Juventud. Bajo la conducción del profesor Saúl Ballester, nuevo mentor del equipo capitalino, los Leones Sub-23 enfrentarán el reto de mejorar su actuación de 2022, cuando finalizaron con balance de 8-7 y quedaron fuera de la discusión de medallas.
El regreso de este campeonato tiene un valor simbólico incalculable. Desde su creación en 2014, ha sido la antesala natural para muchos talentos que luego brillaron en Series Nacionales y competencias internacionales.
La capital, sin embargo, solo ha podido alcanzar el podio en una ocasión: el título logrado en 2015 bajo el mando de Norge Heredia. Desde entonces, los resultados han sido irregulares, con ubicaciones que van desde un sexto lugar hasta un decimotercer puesto.
Hoy, el reto es más que deportivo: es una cuestión de orgullo, de reconstrucción, de fe en el relevo. Tras semanas sin béisbol competitivo en casa, La Habana vuelve a vibrar con el sonido de los bates, el aroma de la tierra húmeda y la pasión que solo este deporte sabe despertar.
Los capitalinos contarán con una plantilla balanceada, integrada por cuatro receptores, siete jugadores de cuadro, cinco jardineros y catorce lanzadores, todos bajo la mirada exigente pero formadora de un cuerpo técnico con experiencia.
Equipo La Habana Sub-23
Receptores: Kevin Mont, Daniel Fernández, Roclan Caballero, Alberto Reyes.
Jugadores de cuadro: Frank D. González, Andy de Armas, Maykel Valladares, Carlos Nieto, Yasser Mesa, Yulieski Ferrán, Leroy Cruz.
Jardineros: Dairon Miranda, Yamel Sánchez, Darián Rojas, Brian Garzón, Juan P. Gutiérrez.
Lanzadores: Lee Andy Plumas, Misael Fonseca, Fher Cejas, Giandy Gutiérrez, Ángel Y. Crespo, Javier Márquez, Reimi García, Omar Sainz, Jonathan Savigne, Bryan Echevarría, Osbel Chacón, Rauniel Saldívar, Janiel Martínez, Brayan Leyva.
Cuerpo Técnico:
Saúl Ballester (director), Jhoice Su y Raúl Valdés (auxiliares), Eduardo Rodríguez e Ian Rendón (entrenadores de pitcheo), Reinier Madruga (preparador físico).
En el corazón mismo de la capital, donde la pelota late con fuerza ancestral, los jóvenes están listos para escribir su historia. Que comience el juego. La Habana ya espera. Nos vemos en el estadio.
(Fuente: Tribuna La Habana)