Fidel Castro Ruz siempre mostró una actitud positiva y combativa frente a las etapas de ciclones que han azotado a Cuba, convirtiéndose en un símbolo de fortaleza y liderazgo para el pueblo en momentos de adversidad. Desde el devastador ciclón Flora en 1963, Fidel asumió personalmente la dirección de las operaciones de auxilio y rescate, recorriendo las zonas más afectadas y coordinando esfuerzos para proteger la vida de las personas y minimizar los daños materiales.

Su compromiso fue tal que durante el paso del Flora, llegó a nadar en aguas turbulentas para salvar su vida y continuar su labor de mando en medio de la emergencia, demostrando una entrega total y un ejemplo de valentía. En sus palabras, expresaba que “en medio del golpe demoledor y fresco de los huracanes, es cuando debemos demostrar lo que somos capaces de hacer”, reflejando su convicción de que la Revolución debía superar cualquier adversidad con unidad y esfuerzo colectivo.

Insistió siempre en que la prioridad era preservar la vida humana y mantener informado al pueblo, fortaleció la Defensa Civil como un pilar fundamental para enfrentar desastres naturales. En varias ocasiones alertó sobre el aumento en la frecuencia e intensidad de estos fenómenos, vinculándolo con el cambio climático provocado por la actividad humana, y subrayó la necesidad de una preparación constante y consciente.

Su visión estratégica no solo apuntó a la recuperación tras el impacto de los ciclones, sino a crear condiciones de seguridad definitiva para las zonas vulnerables, con un enfoque preventivo y de educación popular. En sus reflexiones, destacó que cada huracán debía servir para educar sobre las consecuencias del desequilibrio ecológico y la importancia de cuidar el medio ambiente.

A lo largo de las décadas, Fidel estuvo siempre en la primera línea, acompañando al pueblo en días y noches de huracán, movilizando recursos, coordinando acciones y alentando a la población a levantarse con firmeza tras cada golpe de la naturaleza. Su liderazgo y ejemplo dejaron un legado invaluable en la forma en que Cuba enfrenta los ciclones, convirtiendo la preparación, la solidaridad y la resiliencia en banderas de la nación.

En resumen, la actitud positiva y combativa de Fidel frente a las etapas ciclónicas en Cuba no solo salvó vidas y protegió al país, sino que también cimentó una cultura de defensa civil y conciencia ambiental que perdura hasta hoy.

Fuente: Fidel Castro Ruz y la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales / Dr. C. Ignacio Turcios Lima Tamayo, MSc.