
La Necrópolis Cristóbal Colón, ubicada en el Vedado habanero.
La Necrópolis Cristóbal Colón, ubicada en La Habana, fue autorizada para su construcción por Real Decreto el 28 de julio de 1866. La obra comenzó formalmente con la colocación simbólica de la primera piedra el 30 de octubre de 1871. Tras casi quince años de trabajos, las obras se concluyeron el 2 de julio de 1886.
Este cementerio, diseñado por el arquitecto español Calixto de Loira y Cardoso, es el más importante de Cuba y uno de los más destacados a nivel mundial por su extensión, valor artístico y arquitectónico.
La Necrópolis Cristóbal Colón, ubicada en el Vedado habanero, es una de las veintiuna necrópolis existentes en La Habana y fue declarada Monumento Nacional de Cuba en 1987. Con una extensión de 57 hectáreas, es el cementerio más importante del país y uno de los más destacados a nivel mundial por su riqueza artística y arquitectónica.
Construida a partir de 1876, su diseño fue obra del arquitecto español Calixto de Loira y Cardoso, ganador de un concurso público convocado para sustituir al antiguo Cementerio de Espada, que ya no daba abasto ante el crecimiento poblacional. La entrada principal del cementerio es un imponente arco de triunfo neobizantino, rematado por un conjunto escultórico de mármol de Carrara, obra del artista cubano José Vilalta y Saavedra. Este conjunto, que alcanza 21 metros de altura y 34 metros de largo, representa las tres virtudes teologales: la fe, la esperanza y la caridad.
El cementerio está organizado en una retícula de calles y manzanas que recuerdan la estructura de un campamento romano, dividida en cuatro “cuarteles” principales por avenidas como Cristóbal Colón, Obispo Espada y Fray Jacinto. Dentro de sus límites se encuentran más de 53,000 propiedades funerarias, que van desde modestos panteones hasta majestuosas mansiones a escala, muchas de ellas réplicas de las residencias coloniales de sus propietarios.
Entre sus obras más impresionantes destacan esculturas monumentales y panteones dedicados a personalidades y colectivos relevantes, como el panteón de las Fuerzas Armadas. Un ejemplo emblemático es el monumento a un grupo de bomberos que fallecieron trágicamente en 1890, obra del escultor español Agustín Querol y el arquitecto Julio Martínez-Zapata. Curiosamente, para representar a uno de los bomberos sin fotografías disponibles, el escultor utilizó su propio rostro, un gesto muy acorde con el romanticismo de la época.
El cementerio también alberga el sepulcro de Amelia Goyri, conocida como “La Milagrosa”, el más concurrido del camposanto, que atrae a visitantes por la leyenda y devoción que lo rodean.
La Necrópolis Cristóbal Colón es un verdadero museo a cielo abierto, con un patrimonio artístico valorado en más de cien millones de dólares hace unas dos décadas. Su importancia trasciende lo funerario para convertirse en un testimonio histórico y cultural de Cuba, donde reposan numerosas personalidades nacionales e internacionales, reflejando la historia y la identidad del país desde su formación hasta la actualidad.
Este cementerio es único en América por estar dedicado a Cristóbal Colón, y su monumentalidad, junto a la profusión de mármol, granito y otras piedras preciosas, lo convierten en una cantera esculpida al aire libre, admirada por especialistas y visitantes de todo el mundo.
En suma, la Necrópolis Cristóbal Colón no solo es un lugar de descanso eterno, sino también un símbolo del arte funerario, la historia y la cultura cubana, reconocido como la tercera necrópolis más importante del mundo por su valor artístico y arquitectónico.