Este sábado, María Emilia Cabrera Cabrera cumplió 103 años de edad rodeada de regalos y acompañada de familiares, vecinos, autoridades de gobierno, dirigentes de organizaciones de masas del barrio y de otras instituciones del Consejo Popular San Agustín, donde reside.

Era la primera vez que María Emilia escuchaba  el tradicional Happy Birthday, y fue un coro de voces diversas del barrio quien la cantaba para ella.

“ Esto no fue lo que yo pensaba, que me iban a celebrar el cumpleaños”, confesó, visiblemente emocionada, la anciana centenaria, y agradeció lanzando besos con la mano a quienes invadieron su sala, este 5 de abril, con flores, un globo dorado en forma de corazón, dulces y otros regalos.

Un dato curioso aportado por su hija Álida, fue que nunca se le ha celebrado un cumpleaños, explicó el ingeniero Elimel Chamizo Arango. Presidente Consejo Popular San Agustín, quien reconoció la colaboración al festejo de delegados, Trabajadores por Cuenta Propia, el Mercado La Nueva Joya y el Sistema de Atención a la Familia, SAF, un programa de unidades gastronómicas cuya actividad básica es prestar servicios de alimentación a adultos mayores, personas en situación de discapacidad, casos sociales, otros con insuficiencia de ingresos y carentes de familiares.

“El amor todo lo puede”, así trató su hija de calmarle la emoción, cuando con voz tenue, se le oyó a la anciana hablar del ocaso de su vida.

“Contenta”, manifestó la festejada  al presidente del Consejo Popular de San Agustín, quien, inclinado frente a ella, le respondió: “Contentos estamos nosotros de estar aquí con ustedes”.

Así transcurrió el homenaje a la hija de una familia de origen campesino, muy humilde, dedicada a las labores agrícolas en el cultivo de la caña de azúcar, que nació en el poblado cienfueguero de Rodas.

María Emilia Cabrera Cabrera emigró para La Habana a los 15 años de edad, con ayuda de dos hermanos zapateros, involucrados en el Movimiento Obrero de la época y miembros del Partido Socialista Popular (PSP).

Toda su vida laboral transcurrió como trabajadora de la Industria Ligera, en la fábrica de carteras de La Habana Vieja, donde se jubiló por enfermedad en la década de 1980.

Fue fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas, los Comités de Defensa de la Revolución y las Milicias Revolucionarias.

Autora: Marisol Ramírez Palacios.