Cuando en 1983 Julio Torres Torres terminó la licenciatura en panificación de la economía, lejos estaba de imaginar que sería contador en el Baco Popular de Ahorro (BPA), una actividad que confiesa nunca le gustó, pero las circunstancias casi lo obligaron a estudiar mucho y aprender sobre la actividad, al punto que le apasionó y por sus conocimientos ha sido tutor de varios jóvenes graduados con excelentes calificaciones en la entidad.

En el BPA ha ocupado, además, las plazas de especialista en planificación, racionalizador B, después el grupo de auditoría lo invitó a formar parte del equipo provincial. Allí se desempeñó como auditor C y A, pero al poco tiempo pasó a jefe de departamento, y después fue nombrado subdirector de auditoría.

Sus habilidades y entrega han determinado su rápido ascenso en el sector bancario. Estas aptitudes determinaron que en el 2014 fuera trasladado a la Oficina Central del Banco Popular de Ahorro para ocupar la plaza de auditor adjunto. Desde entonces y hasta la actualidad ha permanecido en este centro, donde es el auditor principal, y funge como jefe de grupo local.

“Para muchos el trabajo del auditor es desagradable, pero le he tomado cariño a esta actividad, porque me ha enseñado a conocer a las personas, y especialmente porque el auditor no está solo para coger señalamientos, calificar una sucursal de bien o mal, sino para enseñar a nuestros compañeros a que trabajen los procedimientos establecidos en los manuales.

Sobre la permanencia en la institución expresó: “Siento orgullo de pertenecer a este sector, porque el banco es una gran familia, forma mucho a las personas y crea valores porque hay disciplina. En el banco he tenido muchas posibilidades de ir a trabajar a otros lugares, pero por la tranquilidad y unidad que existe aquí, he continuado durante estos 40 años, porque me gusta la actividad que realizo.