Por Elena Godinez Dalmau

Si se aprueba el Código de las familias, esta normativa traerá consigo una sociedad más inclusiva, más justa y vinculada a los tiempos que corren en la cuba de hoy.

Niños, ancianos, madres adolescentes, personas con preferencias sexuales no heteronormativas, personas discapacitadas, las familias pueden ver en este código la razón para realizar sus sueños y abrazar la felicidad en una isla con más derechos.

El código de las familias es la concreción de varios años de trabajo y especialistas enfocados en sumar ideas a las que ya estaban y en poner en la mira jurídica conflictos sociales como la violencia o la discriminación como motivos suficientes para romper con los derechos de las personas, que en su condición de seres humanos necesitan que se vele por su integridad física y moral y esta normativa los ampararía.

Familias más felices y respaldadas con conceptos como la responsabilidad parental y la búsqueda de una vida más digna para nuestros ancianos, niños más alegres a los cuáles se les podrá reconocer su capacidad para opinar, para tomar decisiones, para participar. Comunidades con la oportunidad de brindar más derechos y recibir mayor amor y complicidad.

El código de las familias llega en esta Cuba del 2022 para que ella también evolucione con una legislación coherente, que llenará de vida y fortalecerá  la pluralidad, que enaltecerá el respeto para todos y todas y consolidara el valor de la familia desde los afectos, desde la su verdadera esencia.