1998. El Comandante en Jefe Fidel  Castro  habla  en el teatro “Karl Marx”, en La Habana, en la clausura del Segundo Encuentro Mundial de Educación Especial.

Hizo referencia a la crítica situación que en la esfera de la educación existía en Cuba  al producirse en enero de 1959 el triunfo de la Revolución. 

Señaló los esfuerzos realizados desde esa primera etapa del proceso revolucionario para erradicar el analfabetismo, formar con urgencia maestros, construir escuelas y posteriormente también crear centros específicos para atender a niños y jóvenes con discapacidad.

También Fidel destacó: “Pienso que la enseñanza especial, uno de los temas fundamentales que ustedes han analizado en estos días, es extraordinariamente humana; pienso que ningún Estado, ningún gobierno con un poco de recursos debe dejar de cumplir ese deber elemental.”

Comentó lo que se había tratado en ese evento internacional relacionado con la educación especial.

Detalló: “No hay ningún dogma, busquemos lo mejor siempre y aprendamos a encontrar lo mejor, perfeccionemos lo que estemos haciendo a medida que los investigadores comprueben y avancen. Porque si algo me ha gustado mucho es poder comprobar en los materiales y en palabras que aquí se pronunciaron cómo se ha trabajado en la investigación pedagógica y cómo se ha ido llegando a nuevos conceptos, y no fue de un día para otro.”

Y con respecto a Cuba Fidel aseguró: “La Revolución no solo ha hecho una obra en lo material, ha hecho una obra en la conciencia, en el alma de la gente, preparando al ser humano, que debe ser el ser humano del mañana, del futuro, y luchando contra la mentira, luchando contra la más sucia y grosera propaganda, luchando contra los bloqueos, y luchando contra el hostigamiento para tratar de debilitar la Revolución, para tratar de debilitar su moral, su conciencia.”

Además resaltó en su discurso: “¡Honor y gloria a todos los que con infinita abnegación y nobleza trabajan en la educación especial, tan necesaria y tan extraordinariamente humana!

¡Honor y gloria a los docentes que han participado en esta reunión procedentes de veinticuatro países!

¡Honor y gloria a los heroicos maestros cubanos!”

1926. Nace en La Habana Fernando Álvarez Pérez.

Desde la etapa de su juventud  tuvo una gran afición por la aviación. Hijo de una familia humilde, de su bajo salario separaba una parte para costearse las clases en la escuela de aviación de El Halcón, en Santa Fe. Poco a poco acumuló las 30 horas necesarias para obtener la licencia, con la cual se podía volar aviones pequeños. Logrado esto, comenzó a desempeñarse como instructor en una escuela de El Chico, en el Wajay, a la par que iba sumando las 200 horas que le permitirían obtener la licencia para volar en cualquier línea.  Ya en 1954 él había comenzado a trabajar en el Expreso Aéreo Interamericano. Después residió por un tiempo en los Estados Unidos. Regresó a Cuba al producirse la victoria de la Revolución. Continuó entonces trabajando en el Expreso Aéreo hasta 1960, en que esta línea se integró a Cubana de Aviación. Al propio tiempo prestaba servicios especiales a la Fuerza Aérea Revolucionaria, en misiones de patrullaje durante la invasión por Playa Girón y la Crisis de Octubre.

En 1966 con su heroica actitud frente a la acción del ingeniero de vuelo que incluso asesinó al escolta del avión y lo amenazó a él mientras le instaba que dirigiera la nave hacia el territorio norteamericano, Fernando Álvarez hizo realidad lo que había señalado sobre que él no  aceptaría jamás que un avión que él piloteara fuese secuestrado.

Su asesinato ocurrió el 27 de marzo de 1966.