Fallecida en La Habana el 18 de junio del 2007,  Vilma Espín Guillois constituye un símbolo de la entereza, la ternura y la entrega de la mujer cubana a la causa de la Revolución. 

Fue una destacada luchadora contra la dictadura batistiana y posteriormente una gran dirigente de la Revolución.

Vilma nació en Santiago de Cuba el siete de abril de 1930.  En 1948 ingresó como estudiante en la recién creada Universidad de Oriente y participó en las luchas para su oficialización. Fue una de las primeras mujeres que se graduó en Cuba como Ingeniera Química Industrial.

Al producirse el golpe de estado del 10 de marzo de 1952 comenzó en su ciudad natal  y en la provincia de Oriente en general a participar en la preparación y lanzamiento de panfletos, así como en mítines, manifestaciones callejeras y otras actividades que llamaban al enfrentamiento y la repulsa a la dictadura batistiana.

Después se relacionó con Frank País y formó parte del Movimiento 26 de Julio. Participó en los preparativos y en el levantamiento  del 30 de Noviembre de 1956 en Santiago de Cuba.

En febrero de 1957 asistió a la reunión convocada por Fidel Castro  en la Sierra Maestra para coordinar todo lo relacionado con el desarrollo de la lucha revolucionaria. Entonces fue designada miembro de la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio.

También posteriormente asumió la función de Coordinadora Provincial en  Oriente de dicha organización,  labor que realiza hasta julio de 1958 en que se decide, para evitar que fuese capturada por los agentes del régimen dictatorial, se trasladara hacia donde se encontraban los integrantes del Segundo Frente Oriental "Frank País", dirigido por el Comandante Raúl Castro.

A partir de enero de 1959 posterior al triunfo de la Revolución dirigió primero la emisora Radio Rebelde. Después igualmente desarrolló una activa labor para lograr la integración de las asociaciones femeninas que existían en el país en una sola organización.

Esto se hizo realidad  el 23 de agosto de 1960 en La Habana cuando se crea la Federación de Mujeres Cubanas.

Precisamente al hablar en esa oportunidad el máximo líder de la Revolución Cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro, destacó ´la trascendencia de la labor que podía realizar esa organización y las mujeres en general en lo referido al desarrollo y defensa del proceso revolucionario en el país.

Fidel precisó:

“La Revolución tiene, sin duda alguna, en el sector femenino de nuestra población, un respaldo muy grande. Por eso, desde los primeros instantes se observaron una serie de actividades con la participación activa de la mujer cubana. No era nada nuevo para nuestro país. Nuestro país puede sentirse orgulloso en muchas cosas, pero entre ellas, la primera de todas, por el magnífico pueblo que posee. Aquí no sólo luchan los hombres. Aquí, como los hombres, luchan las mujeres.”

Vilma Espín fue elegida ese 23 de agosto de 1960 Presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas y desde entonces continuó  luchando por propiciar la plena igualdad de las mujeres  y su incorporación  al trabajo y a las disímiles tareas que contribuían al desarrollo y defensa de la Revolución.

Dirigió esa organización durante varios decenios. Fue ratificada para continuar desempeñando esa responsabilidad en los congresos efectuados en años sucesivos.

Vilma Espín integró primero el Comité Central del Partido Comunista de Cuba, constituido en 1965, y posteriormente fue miembro de su Buró Político. Además fue elegida Diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba, desde su primera legislatura en 1976 e integrante del Consejo de Estado.

En representación de Cuba Vilma Espín participó en varios eventos de carácter internacional en los que se analizaron la situación de las mujeres en el mundo.

Trató sobre la experiencia de Cuba y cómo era evidente la participación de las féminas de modo directo en el desarrollo de la sociedad, la garantía de sus derechos esenciales, tales como su incorporación al trabajo en igualdad de condiciones, su superación y también como ocupaban cargos de dirección tanto en el Partido como en el Gobierno, así como en la dirección de organizaciones de masas y sociales.

Condenó en esas asambleas  y/o congresos internacionales cómo en diferentes partes del mundo las mujeres continuaban sufriendo una cruel explotación y discriminación.

Vilma Espín no sólo fue una popular dirigente cubana, sino que también gozó de prestigio en diversas partes del mundo por su labor y por la trascendencia de los principios que defendió y expuso. 

Recibió múltiples condecoraciones, títulos y órdenes nacionales e internacionales, entre las que se destaca el título honorífico de Héroe de la República de Cuba y el Premio Lenin por la Paz, pero sobre todo el mayor premio fue el de contar con el cariño y respeto del pueblo y de modo muy especial de las mujeres cubanas.  

Tras su fallecimiento ocurrido en el año 2007 en La Habana, sus restos fueron trasladados y depositados en el Mausoleo del Segundo Frente Oriental Frank País.

Al cumplirse el décimo quinto aniversario de su fallecimiento Vilma sigue siendo fuente de motivación y enseñanza tanto para el pueblo cubano como para múltiples hombres y mujeres en diferentes partes del mundo.

Precisamente acerca de la trascendencia y vigencia que tuvo, tiene y tendrá la vida y la obra de Vilma Espín escribió Fidel una Reflexión, el 20 de junio de 2007, titulada “Las luchas de Vilma”, en ese memorable escrito afirmó:

El ejemplo de Vilma es hoy más necesario que nunca. Consagró toda su vida a luchar por la mujer cuando en Cuba la mayoría de ellas era discriminada como ser humano al igual que en el resto del mundo, con honrosas excepciones revolucionarias.”