Nadie es profeta en su tierra, dice el refrán, aunque les puedo asegurar que esta vez se cumplió en parte el deseo de los reglanos en medio de una situación cada vez más exasperante debido a las limitaciones con las rutas de transporte público tan necesarias para la movilidad de miles de personas que laboran o estudian en el centro de La Habana, incluso en sus municipios más alejados de la periferia.

Las nuevas guaguas de la marca Izuzu, entregadas como parte del puente de solidaridad del pueblo japonés, deja una huella en el rostro de mis coterráneos cuando las ven llegar silenciosas a las paradas y pueden abordar estos vehículos de última generación que conforma, desde ahora, la movilidad en el territorio.

“Están muy buenas”, exclama mi vecina, y en su rostro puedo ver la alegría como si hubiera recibido un regalo. Y hasta cierto punto lo es. Antes de este refuerzo de amor y después de casi dos años agravado por la incertidumbre de la pandemia de COVID-19, nos llega este aliento de interconectividad de Regla con otros municipios.

Por supuesto, los comentarios favorables alejan el escepticismo. Si bien es cierto que no resolverán todos los problemas porque es un parque de vehículos repartido entre varias terminales, al menos ya la esperada circulación corrobora no solo que las paradas no estén como si fueran sitios de espera olvidados. Incluso, los que pasan la tercera edad, recuerdan la circulación de las guaguas de la marca Hino, también japonesas.

De cierta forma estamos más vinculados a un país desde el cual, durante años, hemos recibido diferentes tipos de tecnologías, específicamente de la electrónica. Por eso me sonreí cuando un pasajero aseguró: “Están tan confortables que pueden conducirse por control remoto”. Claro no es para exagerar, pero vale de todas formas.

Fuente: Tribuna La Habana

Información relacionada

Entrega oficial de 84 ómnibus donados por Japón a La Habana