• A la una y cuarto de la tarde del 8 de octubre de 1967, dos compañías rangers de 145 hombres cada una, y un escuadrón de 37 soldados del ejército boliviano rodeaban la zona de la Quebrada del Yuro.
• En el interior de la Quebrada estaban 17 guerrilleros: ocho bolivianos, siete cubanos, dos peruanos y un cubano-argentino, el jefe. Sus subordinados lo nombraban Fernando; el mundo lo conocía como el Che Guevara.
• El Che ordena ocupar las posiciones y establece el punto de reencuentro. Aún cree en la victoria.
• Los guerrilleros internacionalistas se hallan en gran desventaja pues se encuentran en un lugar de escasa vegetación y están cercados.
• En el combate, el Che resulta herido y su arma queda inutilizada. En estas circunstancias es capturado.
• Lo trasladan hasta la escuelita de La Higuera, una de sus dos aulas será su celda provisional. El piso es de tierra, las paredes de adobe y el techo de paja.
• Varios oficiales pasan a interrogarlo; no habla. El nueve de octubre llega cifrada desde Washington la orden de eliminar al prisionero.
• Un soldado se brinda para hacerlo. Le ordenan dispararle bajo el cuello para simular su muerte en combate. 
• Narraría después que el guerrillero le dijo: «'¡Póngase sereno y apunte bien! ¡Va a matar a un hombre!' Entonces di un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerré los ojos y disparé la primera ráfaga».
• Eran la una y diez de la tarde. Había matado a un hombre y, sin saberlo, participaba en el nacimiento de un mito. El Che comenzaba su marcha hacia la inmortalidad.

Tomado de Alma Mater