Ciencia, técnica y medio ambiente

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publicado el 28/07/2021

LA TELEVISIÓN CON FINES EDUCACIONALES,EN TIEMPOS DE PANDEMIA, EN CUBA


Cuando en la década del 20, se efectuaron las primeras emisiones públicas de televisión de seguro que nadie imaginó, que ese invento que asombraba al mundo se convertiría en lo que es hoy: un medio de información importante en el proceso enseñanza-aprendizaje.

Si bien tecnológicamente la televisión de ese tiempo difería de la de hoy, en esa misma década fue utilizada experimentalmente con fines docentes.
Casi al mismo tiempo en que sobresale como medio de comunicación masiva, se destaca como medio educacional.

Ha resultado muy útil a lo largo de la historia en el contexto educativo; en la alfabetización, en la educación para la salud, en la elevación del nivel escolar de las masas, en la divulgación de los avances científicos-técnicos.
Cuba, considerada uno de los primeros países de América Latina donde se inicia la televisión, no ha estado ajena a la utilización de las potencialidades de este medio en la educación.

Con el triunfo de la revolución del 59, la educación del pueblo se convierte en uno de los objetivos principales, la campaña de alfabetización primero y la escolarización después, especialmente para los que tenían edad para ello fue el motor impulsor que llevó a utilizar la televisión con fines educacionales en la década del 60, para lo cual se adquirieron televisores para el uso masivo  en los centros escolares, considerando dos de  las peculiaridades más notable de ese medio, por muchos años como plantea Vicente González Castro: el factor multiplicador y la inmediatez.

Hoy se retoma en nuestro país la utilización de la televisión en un nuevo contexto educativo, si bien en los años 60, básicamente se asume para impartir clases debido a la falta de maestros; en estos momentos, esta no es la causa primordial, sino que, ella se desarrolla como parte de la batalla en la que estamos inmersos, donde son presencia viva en los hogares cubanos: las teleclases. El gran reto que tenemos hoy los cubanos es el de organizar de forma armónica la actividades del hogar, con la clase que se observa por el televisor.

¿Por qué se escoge la televisión, en un momento que enfrentamos limitaciones económicas?

Independientemente de ser la televisión un medio costoso, sus posibilidades expresivas pueden ser utilizadas en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
El lenguaje visual- sonoro que posibilita la televisión está a nuestro favor, si consideramos que el hombre cuando más aprende es cuando observa (sensopercepción) y si a ella le añadimos la voz estamos activando los dos sentidos que son los que posibilitan conocer al mundo exterior: la vista y el oído.
En una clase por televisión es posible motivar el aprendizaje, vincular conceptos, principios y regularidades, sistematizar conocimientos, consolidar lo aprendido y contribuir a formar valores explotando al máximo las posibilidades que el medio nos brinda, aunque no permite desarrollar habilidades de tipo manual.
A la televisión se pueden llevar materiales en distintos soportes, aunque no tengan la calidad óptima, pudiendo ser observados a través de este medio con buenos resultados.
Como apunta Vicente González Castro a través de la pantalla de la televisión podemos mostrar fotografías corrientes, láminas, esquemas, modelos, maquetas, dioramas, dramatizaciones, fragmentos de filmes, tomas de exteriores, demostraciones, experimentos e incluso imágenes del microscopio óptico, ya que la cámara se puede acoplar a él y luego ampliar la imagen todo lo que se quiera.
No debe olvidarse que impartir clases por televisión responde a una necesidad de nuestro contexto actual, pero que la verdadera clase es aquella en que maestros y alumnos intercambian, y uno puede ver la cara del otro, valorar sus estados de ánimo, sus emociones y valorar las implicaciones de cada uno en la tarea que enfrentan.

Una preocupación de la familia es como lograr la concentración de sus hijos durante las teleclases y qué hacer teniendo en cuenta además sus características, necesitan cambiar constantemente de actividad. 
Si asumimos lo planteado por Galperin sobre las etapas que debe seguir la acción:   orientación, ejecución y control:
-Orientación (actividades antes de la emisión) se pudiera conversar sobre el contenido de la teleclase anterior.
-Ejecución (observación de la teleclase).
-Control (realizar las actividades orientadas en la teleclase) 
El papel que le corresponde a la familia durante la teleclase es, acompañar a los estudiantes, demostrar una actitud positiva; la clase por televisión es posible, si se establece una relación entre el proceso de enseñanza- aprendizaje y las posibilidades que nos brinda la televisión, si tenemos en cuenta sus limitaciones y el contexto en que estamos trabajando; puede crearse una obra valiosa con la que muchos aprendan.   

Creado por MSc: Olaida Cañizares Peña

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