Este 14 de noviembre se conmemora el centenario del nacimiento de Raquel Revuelta (1925-2004), una de las más grandes actrices de la historia de Cuba. Dueña de una presencia escénica arrolladora, Revuelta dejó una huella imborrable en el teatro, el cine y la televisión nacional.

Con una mirada penetrante y una entrega total, encarnó personajes inolvidables. Desde la determinación feroz de Doña Bárbara hasta la fragilidad desgarrada de la primera Lucía en la cinta de Humberto Solás, demostró una versatilidad y profundidad que la distinguieron.

Lejos de la vanidad, asumía cada función como una prueba. Esta mujer, que en la vida real luchaba contra una timidez que describía como "una verdadera tortura" antes de salir a escena, se transformaba por completo bajo los reflectores.

Su legado va más allá de su brillante carrera actoral. Junto a su hermano Vicente y otros creadores, fundó en 1958 Teatro Estudio, agrupación de la que fue directora general por más de 35 años y que revolucionó la escena cubana. Desde allí y como profesora del Instituto Superior de Arte, formó a generaciones de artistas, inculcándoles la búsqueda de la verdad y una ética de vida inquebrantable.

Premio Nacional de Teatro en 1999, Raquel Revuelta sigue siendo un pilar del arte escénico en la isla, un ejemplo de solidez actoral y de un orgullo nacional que ella misma resumía con una convicción que el tiempo no ha opacado: "Cubana siempre".

Fuente: Periódico Digital Granma