La higiene sobre rieles: un trabajo esencial
El ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, relata en su perfil de Facebook una experiencia que define como esencial.
En la dinámica operativa de Trenes Nacionales de Pasajeros, existe un momento crucial que se desarrolla entre la llegada de un tren y su próxima salida. En este período, mientras los viajeros descienden y se dispersan, entra en acción un equipo especializado: las brigadas higienizadoras.
Su misión es fundamental y se ejecuta, casi siempre contra reloj, para transformar los coches que acaban de completar un itinerario en un entorno limpio, seguro y confortable para los nuevos pasajeros que están por llegar.
El alcance del proceso de higienización debe ser integral. Comienza con la descarga de los desechos de los inodoros y la recogida meticulosa de toda la basura dispersa en los baños y, en general, en los coches.
Posteriormente, debe iniciarse una exhaustiva limpieza que abarca desde los pisos y asientos hasta las mesas, ventanas, las cabinas y, por supuesto, los baños, para asegurar que cada superficie quede lo más limpia posible.
Paralelo a ello, se suministra el agua potable para que los coches realicen su próximo viaje. Además de estas actividades de limpieza sistemáticas, deben realizarse otras acciones más complejas con una periodicidad establecida, como son el lavado de cortinas y asientos, también la limpieza y desincrustación profunda de baños, centinas y ventiladores.
Otra acción sobre la que se debe insistir es la fumigación para el control de vectores e insectos como las cucarachas, cuya presencia es inadmisible.
Este compromiso con la limpieza hay que mantenerlo incluso ante situaciones muy adversas, como son los eventos climatológicos, el déficit de generación eléctrica o incluso cuando el viaje que concluye se extiende por muchas horas más de las planificadas, lo que también incide en el estado de los coches.
En tales circunstancias, la dedicación del personal brilla con mayor intensidad. Muchas veces se consagran en condiciones complejas. Ante la ausencia de electricidad, y como una alternativa para no interrumpir el ciclo esencial de higienización, se recurre al furgón del tren, cuya energía, aunque limitada, es suficiente para proveer la iluminación necesaria. Bajo esa luz, las brigadas continúan su trabajo con el propósito de que el tren pueda salir.
No obstante, y a pesar de los esfuerzos realizados diariamente, es un hecho reconocido que en todo este proceso aún tenemos mucho que mejorar, un objetivo que se persigue con determinación para recuperar la calidad del servicio ferroviario.
Avanzan contrataciones que permitirán mejorar las condiciones de los baños, ya que en la actualidad, a pesar del esfuerzo que se realiza, debido a las afectaciones en las tazas sanitarias y los sistemas de descarga, no siempre se logra el nivel requerido de limpieza. Así mismo sucede con los asientos y otros elementos básicos del coche.
Tras todo este arduo trabajo, aún con sus insuficiencias, es indispensable la colaboración de nuestros pasajeros. Agradeceremos que se utilicen los depósitos de basura, se evite arrojar desechos al piso o por las ventanas, y se dejen los asientos y mesas en buen estado al finalizar su viaje.
Cuidar entre todos estos espacios nos permite agilizar el proceso de limpieza y ofrecer un servicio con más calidad y seguridad.
(Tomado del perfil de Facebook de Eduardo Rodríguez Dávila)