En Cuba y en muchos rincones del mundo, vestirse de naranja simboliza la lucha colectiva para erradicar la violencia de género. No es solamente un llamado a la acción: es una iniciativa para promover el respeto, la igualdad y la dignidad de todas las mujeres y niñas.

La violencia de género es una violación de derechos humanos: Afecta la integridad física y psicológica de las mujeres y niñas, limitando su participación social, económica y política.

Visibilizar el problema es el primer paso para erradicarlo: Denunciar permite romper el silencio, respaldar a las víctimas y que las autoridades actúen. La normalización o el ocultamiento perpetúan el ciclo de abuso.

En Cuba, iniciativas están en marcha: Campañas nacionales y la aprobación de nuevos marcos jurídicos reflejan el compromisoestatal y social de combatir la violencia de género. Sin embargo, los obstáculos culturales y sociales aún existen y requieren reforzarse a través de la denuncia activa.

La educación es la herramienta más poderosa contra la desigualdad: Desde temprana edad, enseñar el respeto, el consentimiento y la equidad de género previene comportamientos violentos y desafía los estereotipos tradicionales.

La igualdad de género beneficia a toda la sociedad: Contribuye a un desarrollo más inclusivo y sostenible, promueve la justicia social y mejora la convivencia.

Reconocer la dignidad de todas las personas: Cada mujer y niña merece ser tratada con respeto y contar con apoyo institucional y social ante cualquier tipo de violencia.

El rol de la comunidad: Combatir la violencia de género requiere la participación activa de todos y todas: instituciones, comunidades, familias y personas individuales.

Cuba se viste de naranja. Hoy, alzamos la voz contra la violencia de género. Promovamos el respeto, la igualdad y la dignidad para todas las mujeres y niñas.  

Fuente: Página de Facebook: Ministerio de Educación Superior de Cuba .

Foto: Tomada de Internet