
Díaz-Canel: «La belleza de esta hora difícil está en sabernos parte de un pueblo inderrotable»
Esta ha sido una auténtica Asamblea del pueblo, y lo ha sido porque sus debates fueron los debates de la sociedad cubana de hoy sobre los enormes desafíos que tenemos por delante; y también porque «volvió a revelarse en ellos la impresionante disposición de este pueblo a pelear cuando todo se pone más difícil».
Con esta honda reflexión, tan profunda como las raíces históricas de la nación, comenzó su discurso el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al clausurar este viernes el Quinto Periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en su X Legislatura.
En el salón plenario del Palacio de las Convenciones, donde ocupó su escaño como diputado el líder de la Revolución cubana, General de Ejército Raúl Castro Ruz, el mandatario repasó -en poco más de 30 minutos- la vida política, económica y social de la nación.
Al referirse al carácter de estas jornadas parlamentarias, vividas en complejas circunstancias, precisó que no ha existido «ni pesimismo, ni derrotismo, ni desánimo. Lo que encontramos aquí fueron exposiciones sobrias, críticas desde el compromiso y, sobre todo: propuestas concretas y demandas de cambiar lo que deba ser cambiado sin dilaciones».
El Jefe de Estado, una vez más, se refirió al «extra de los cubanos»; y recordó que no es la primera vez, ni será la última, en que la Revolución se enfrenta a su «momento más difícil», aunque siempre nos parecerá -dijo- que «nada puede ser peor que lo que enfrentamos, en el instante en que lo enfrentamos».
Entonces, el mandatario cubano comentó algunos episodios de la historia nacional: mencionó el Pacto del Zanjón después de 10 años de una guerra sangrienta; la caída en combate de José Martí y de Antonio Maceo; la intervención norteamericana; la república neocolonial; los aborrecibles tiempos del machadato y de la tiranía batistiana…
Luego de un recorrido por pasajes de la memoria histórica de la Patria, Díaz-Canel rememoró que «con toda esa herencia de heroísmo y frustraciones de las luchas revolucionarias, entró en la historia la Generación del Centenario, con su revés marcando la victoria en el asalto al Moncada. Ya tenían un programa, un ideal y una disposición a llevarlo hasta las últimas consecuencias. Y lo hicieron».
Más adelante en su intervención, al repasar diferentes períodos de los 66 años vividos a partir del triunfo revolucionario, el Presidente cubano valoró que si a pesar de todas las adversidades, la Revolución cubana está de pie y luchando por la prosperidad posible, es por su carácter auténtico y genuino.
«No somos un accidente de la historia. Somos la lógica consecuencia de una historia de resistencia y rebeldía contra el abuso y la injusticia, que tiene razones muy profundas para creer en sus fuerzas», aseveró el dignatario.
En sus conmovedoras palabras afirmó que aprendimos de la Revolución cubana que los ideales no se cambian porque cambien las circunstancias; que la trinchera no se abandona cuando el cerco enemigo aprieta.
En tal sentido, Díaz-Canel significó que «aprendimos que solo teniendo convicciones claras como principios, es posible sostener y ganar batallas».
«También aprendimos que del cerco se sale combatiendo», aseguró el Presidente de Cuba y un torrente de aplausos se escuchó en el plenario.
ESTA ES LA ASAMBLEA DEL PUEBLO CUBANO
Al referirse a las labores parlamentarias de las últimas jornadas, el Jefe de Estado consideró que «estas sesiones de trabajo nos dejan una importante lección. Esta es la Asamblea del pueblo cubano y todo cuanto en ella se discuta y se apruebe, tiene que conectar con los sentimientos, las necesidades y las demandas del mismo».
Y convocó a todos a no olvidar jamás la ética revolucionaria, «esa que nos enseñó Fidel». Por otra parte, con profundo realismo, comentó que no sería honesto «comprometernos a cumplir con la solución de todas esas necesidades y demandas, siempre crecientes, porque el principal obstáculo para lograrlo es externo».
Y agregó el Presidente de este pequeño, pero gran país, que «lo que podemos y tenemos el deber de comprometer es nuestra energía, nuestro esfuerzo, nuestra búsqueda infatigable de nuevos caminos y acciones hacia la satisfacción de esas demandas».
Al ofrecer sus valoraciones acerca de los temas examinados en la agenda legislativa, puntualizó que la economía cubana opera bajo muchos riesgos para cualquier decisión, derivados en buena medida de la feroz persecución enemiga, pero «no podemos agregarle más, con las insuficiencias propias».
En medio de esa dura realidad, que es cotidiana, el mandatario cubano aseveró que «mantenemos la convicción reiterada por el General de Ejército de que sí se puede salir adelante y vencer la actual situación por nuestros propios esfuerzos y resultados. Para lograrlo se requieren más disciplina, organización, conciencia y constancia».
En este escenario tan complicado, Díaz-Canel ponderó los resultados alcanzados en materia fiscal, los cuales fueron analizados en esta Asamblea. Recordó a los diputados que el país cerró el año 2023 con un incremento del 35% en el déficit fiscal, hecho que generó el vaticinio fatalista de quienes calcularon «hasta un decenio para recuperar ese indicador».
Un año y medio después -resaltó el Jefe de Estado- la alentadora noticia es que sí pudimos lograr una reducción significativa. Incluso, durante los primeros cuatro meses del 2025 tuvimos resultados superavitarios; y hasta este momento, la cuenta corriente cierra sin déficit, lo cual hacía más de diez años que no se lograba.
Ese resultado, importantísimo para la economía, redunda en un trascendental impacto social: nos va a permitir redistribuir esos ingresos hacia los sectores más vulnerables como son, en estos momentos, nuestros jubilados. «Es lo que nos ha facilitado llevar sus pensiones hasta un nivel que, sin ser suficiente, sí los pone en una condición mejor», acotó el Presidente de Cuba.
En tal sentido, remarcó que la divisa principal en la política fiscal es, y seguirá siendo, atender a aquellos en la sociedad que sufren con más rigor la difícil situación del país, bajo el dogal del plan de asfixia recogido en el Memorando Presidencial de Donald Trump.
Seguidamente, Díaz-Canel dedicó minutos de su discurso a reflexionar sobre «la necesidad de volcarnos hacia áreas vitales para el desarrollo, como es lograr incrementar el ingreso de divisas, en medio de un escenario muy hostil en que el Gobierno de Estados Unidos refuerza su cerco para evitar cada día más, la entrada de un solo céntimo al país».
Convocó, igualmente, a «centrarnos en todas las capacidades exportadoras, que inevitablemente parten de un incremento de la producción en todos los renglones que sea posible, para hacerlo de manera suficiente en cantidad y calidad, que nos permita imponernos a ese cerco y a la competencia mundial».
En su intervención, el Jefe de Estado consideró que «depende de nosotros y solamente de nosotros», ser lo suficientemente eficientes, aun en las difíciles circunstancias de actuar con manos atadas por el bloqueo que algunos pretenden soslayar. «Es un desafío retador, pero no imposible», aseveró.
Y una vez más, el Presidente cubano defendió un concepto que es medular en las condiciones que enfrenta Cuba: resulta imprescindible potenciar los sistemas locales de producción.
«Defendamos, de una vez y por todas, que nuestros municipios acaben de ocupar el lugar protagónico que deben tener en nuestro desarrollo nacional», reiteró.
CUBA SIGUE SIENDO REFERENTE DE DIGNIDAD Y SOBERANIA NACIONAL
En su discurso, el Presidente de la República también dedicó un espacio a reflexionar sobre la consolidación de las relaciones exteriores, que se fortalecen en medio de presiones constantes de sectores de odio extremo anticubano por promover el aislamiento económico y político, «lo que nunca lograrán».
Mencionó, de manera especial, el nivel alcanzado por la isla caribeña en las relaciones estratégicas con China, Vietnam, Rusia y otros países amigos, mutuamente beneficiosas en nuestros planes de desarrollo económico y social.
Agregó que hemos continuado el diálogo respetuoso y las relaciones de cooperación con los miembros de la Unión Europea, sobre la amplia base y marco legal que ofrece el Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación entre Cuba y ese bloque de naciones.
De igual manera, ratificó que nuestro país mantendrá su solidaridad con las naciones hermanas de África, y de la región latinoamericana y caribeña.
El Jefe de Estado expresó, asimismo, que en los importantes eventos que hemos participado este año, como las cumbres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, de la Unión Económica Euroasiática y de los BRICS, se ha ratificado la comprensión, la sensibilidad, y la voluntad de insertar y apoyar a Cuba en estos mecanismos internacionales.
En tal sentido, enfatizó que «aunque lleva tiempo consolidar la incorporación a esos mecanismos, significan nuevas y esperanzadoras oportunidades».
A las amenazas del imperio más poderoso de la historia y a la capacidad de lucha y resistencia del pueblo cubano también se refirió Díaz-Canel. Puntualizó que la pretensión de someternos, mucho más antigua que la Revolución, se ha recrudecido en los últimos años; y muy recientemente, la actual administración republicana se ha encargado de declararla -formal y públicamente- en un Memorando Presidencial de Seguridad Nacional.
Ese brutal cerco, en combinación con la inaceptable inclusión de Cuba en la lista de Estados supuestamente patrocinadores del terrorismo, refuerza la política de bloqueo a niveles inéditos y provoca un impacto multiplicado de las medidas coercitivas sobre la economía y el nivel de vida de la población, denunció el mandatario.
ENFRENTAMIENTO COTIDIANO A LOS EFECTOS DEL BLOQUEO
La combinación de la poca disponibilidad de ingresos en divisas, la alta dependencia de las importaciones y los efectos transversales que ocasiona la inestabilidad del Sistema Electroenergético Nacional provocan una significativa paralización o ralentización de la actividad económica, que impone un déficit en la oferta de bienes y servicios a la población, con una contracción de las exportaciones. Esos temas también fueron mencionados en su intervención.
Al reflexionar sobre esos asuntos de alta sensibilidad, el Presidente cubano insistió en la importancia de prestar la mayor atención a la inflación que, aunque mantiene una ligera desaceleración, es todavía muy alta, limitando la capacidad adquisitiva del salario de los trabajadores y el menor ingreso de los pensionados y jubilados.
«Es urgente reordenar las relaciones entre el sector estatal y el sector privado para corregir distorsiones, malas prácticas y tendencias negativas que se aparten de los principios de la construcción socialista», acotó el Jefe de Estado.
Entonces, dedicó sus palabras a la necesidad de trabajar para hacer cumplir y apoyar el Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía. Dijo que se hace imprescindible darlo a conocer desde su fundamentación hasta sus acciones, «para que sea verdaderamente apoyado con participación y control popular».
Otro frente decisivo de la soberanía nacional -indicó- es la batalla en el ecosistema digital. Díaz-Canel convocó a los diputados y a toda la sociedad «a ser capaces de defender la verdad con ética, decencia, ingenio, optimismo, confianza y energía; pasar a la ofensiva ideológica; buscar alianzas internacionales que nos permitan romper el cerco mediático; fomentar soluciones tecnológicas soberanas y, cada vez más, construir un ciberespacio articulado de emancipación».
CÓDIGO DE LA NIÑEZ, ADOLESCENCIAS Y JUVENTUDES: GUÍA Y HERRAMIENTA
El Presidente cubano se refirió, además, a las cuatro leyes aprobadas en este Periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, que reforzarán el orden institucional del país, con un papel determinante en el ámbito económico y social de la nación: “Del Sistema deportivo cubano”; “Del Régimen general de contravenciones y sanciones administrativas”; “Del Registro civil”, y «una que sobresale entre todas y nos revela en toda su belleza la importancia de lo que hacemos como legisladores: el Código de la Niñez, Adolescencias y Juventudes».
Al aprobarlo -expresó- legislamos sobre los derechos más sagrados en nuestra sociedad, en función del futuro que ya camina junto a nosotros.
El Jefe de Estado consideró que el Código es guía y herramienta. Todo el que tenga que ver con la formación de la niñez, la adolescencia y la juventud cubana, deberá imbuirse del espíritu y la letra de la norma para que el futuro que ellos simbolizan encuentre su proyecto de vida en la nación.
En tal sentido, subrayó que este Código es un orgullo para Cuba, como lo fue y sigue siendo el Código de las Familias, en medio de un mundo cada vez más hostil y agresivo.
De manera especial, significó que es un homenaje a la querida heroína Vilma Espín, «quien dedicó su vida a los niños, adolescentes y jóvenes cubanos, y nos abrió el camino con su visión siempre humanista, feminista y revolucionaria».
Díaz-Canel destacó la aprobación de la Reforma Constitucional adoptada en esta sesión del Parlamento que «defiende el futuro de la nación».
EL MEJOR HOMENAJE A FIDEL ES LA OBRA DE ESTE PUEBLO
En los minutos finales de su discurso, Díaz-Canel evocó a Fidel y compartió vibrantes y memorables palabras pronunciadas por el Comandante en Jefe Fidel Castro en momentos trascendentales para la historia del país, como el IV Congreso del Partido realizado en 1991, el año que se produjo la desaparición de la Unión Soviética y del campo socialista.
Ante la incertidumbre desafiante que planteaba ese escenario para Cuba, Fidel respondió así: «A aquellos que digan que nuestra lucha no tendría perspectiva en la actual situación y frente a la catástrofe ocurrida, hay que responderles de una manera categórica: lo único que no tendría jamás perspectiva es si se pierden la patria, la Revolución y el socialismo. Es como si a nosotros nos hubieran dicho que no teníamos perspectivas después del ataque al Moncada…».
Al citar el pensamiento del líder histórico de la Revolución cubana, Díaz-Canel expresó que su legendario optimismo se resume en esa frase y en las salidas que siempre vio, no afuera, sino dentro del pueblo, con su «potencial de inteligencia tremendo, que es uno de los grandes recursos que tenemos a mano».
«El 26 de Julio en Ciego de Ávila, a cuyo laborioso pueblo felicitamos, celebraremos la certeza de que sí se puede. La historia lo dice y el presente lo certifica», aseveró el Presidente de Cuba y la frase generó numerosos aplausos.
En nombre del Partido y el Gobierno, extendió la felicitación y el agradecimiento más profundo a todo el pueblo de Cuba, «por su resistencia a tantas dificultades; por su inagotable creatividad; por no rendirse jamás cuando falta todo, hasta la imprescindible comunicación que estamos en la obligación de darles».
Y nuevamente otra avalancha de aplausos ratificó la esencia de la intervención del Presidente de Cuba, cuando recordó que en menos de un mes estaremos celebrando el inicio del año del Centenario de Fidel, que se cumplirá en agosto de 2026.
Entonces, emocionado y emocionando a los presentes, Díaz-Canel aseveró que «el mejor homenaje al genio político y militar, al educador, al científico, al líder de las causas justas en Cuba y el mundo, es la obra de este pueblo».
Al expresar a Cuba «nuestra infinita gratitud», el mandatario afirmó que «la belleza de esta hora difícil está en sabernos parte de un pueblo inderrotable». Y ratificó que «la rendición nunca ha sido alternativa. Independencia o muerte, sí. Patria o muerte, sí. Socialismo o muerte sí. Rendición, jamás».
Para sellar su discurso, Díaz-Canel pronunció la enérgica frase que certificó con su poderosa voz el Comandante Juan Almeida, bajo un aguacero de balas en Alegría de Pío, en 1956: «¡Aquí no se rinde nadie …!»
Tomado del sitio web Presidencia Cuba.
Y luego de los prolongados aplausos de los parlamentarios e invitados, desde su escaño de diputado expresó a viva voz el líder de la Revolución cubana, General de Ejército Raúl Castro Ruz: «¡Viva la Revolución!¡Patria o Muerte!».