
Cuba y el Día Mundial del Medio Ambiente
Este 5 de junio se celebra en Cuba el Día Mundial del Medio Ambiente. Esta fecha se instituyó a nivel internacional en 1972. Ese año en Estocolmo, Suecia, entre el 5 y el 16 de junio, 1 200 delegados, en representación de 140 Estados miembros de la Organización de Naciones Unidas, se reunieron para celebrar la Conferencia Mundial sobre el Medio Ambiente Humano.
En el propio año 1972, siguiendo las recomendaciones de la citada conferencia, la XXVI sesión de la Asamblea General de la ONU estableció el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y escogió el 5 de junio como Día Mundial del Medio Ambiente.
La primera vez que se celebró este día en el mundo fue el 5 de junio de 1973. En Cuba comenzaron a realizarse actividades con motivo de esa fecha en 1978. A partir de entonces y cada año se ha continuado festejando el Día Mundial del Medio Ambiente en nuestro país.
En los últimos seis decenios, el cuidado y conservación del medio ambiente ha constituido una tarea priorizada en Cuba. Primero esto fue atendido por la Academia de Ciencias, que se reorganizó en 1962 y después por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, conocido como CITMA.
A nivel internacional se celebra esta jornada del Medio Ambiente bajo la premisa; Por un mundo sin plástico
Cuba ha sido reconocida a nivel internacional por sus estrategias para preservar el entorno natural.
Dirigentes y especialistas cubanos se han pronunciado en diferentes eventos acerca de la trascendencia que tiene para la supervivencia de la humanidad la lucha resuelta por proteger y preservar la naturaleza, víctima de la ascendente devastación que ha provocado la reducción de los disímiles recursos naturales.
Igualmente, Cuba se ha pronunciado por la lucha contra el cambio climático y la implementación de una cultura medioambiental para un desarrollo sostenible, e incentivar el amor y el cuidado de nuestra flora y fauna.
En el aniversario 511 de su ciudad, el acto nacional por el Día Mundial del Medio Ambiente es celebrado en Sancti Spíritus.
En 1976, el Consejo de Ministros acordó la creación de la Comisión Nacional para la protección del Medio Ambiente y la Conservación de los Recursos Naturales, la cual fue constituida oficialmente el 2 de marzo de 1977.
Esta Comisión fue la encargada de atender los problemas relacionados con el Medio Ambiente y desplegó junto a otros organismos nacionales una vigorosa lucha contra el vertimiento de residuos industriales y a favor de la repoblación forestal de diferentes zonas de Cuba, así como la protección de las playas y el cuidado de la flora y la fauna.
Igualmente, en la mayor isla de las Antillas se brinda una atención especializada a zonas declaradas como Reservas de la Biosfera, así como a las catalogadas como Parques Nacionales.
Ya desde el 10 de abril de 1959 el Gobierno cubano promulgó la ley que estableció la repoblación forestal y la creación de los parques nacionales. Así fueron creados los Parques Nacionales identificados como Cuchillas del Toa, Gran Piedra, la Sierra Maestra, el macizo Guamuhaya, la Laguna del Tesoro, la cordillera de los Órganos, la península de Guanahacabibes, la Ciénaga de Lanier, la Sierra Cubitas y la Sierra Cristal.
En el transcurso de los años se han creado otros Parques Nacionales.
Cuba no solo se ha preocupado por el cuidado del medio ambiente a escala, sino también a nivel internacional. Precisamente el máximo dirigente de la Revolución, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, trató acerca de ello en la clausura de eventos efectuados en el país y en otras partes del mundo.
De modo muy especial cabe recordar la significación y vigencia de lo que él expuso el 12 de junio de 1992 al hablar en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, efectuada en Río de Janeiro, Brasil.
Fidel alertó que: “Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre.”
También detalló que las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente y explicó que ellas nacieron de las antiguas metrópolis coloniales y de políticas imperiales que, a su vez, engendraron el atraso y la pobreza que hoy azota a la inmensa mayoría de la humanidad.
En aquel memorable discurso, considerado uno de los más cortos de su fecunda existencia, detalló:
“Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta.”
Y en este Día Mundial del Medio Ambiente cabe recordar que ya desde el siglo XIX, esa gran figura de nuestra historia, José Martí, hizo referencia a la trascendencia que tenía la naturaleza, y su debido cuidado, en la vida de los seres humanos.
Al respecto, señaló que la naturaleza influye en el hombre, y este hace a la naturaleza alegre, o triste, o elocuente, o muda, o ausente, o presente, a su capricho.
Martí además patentizó que donde la naturaleza tiene flores, el cerebro las tiene también.
Asimismo, en una carta fechada en Veracruz el primero de enero de 1877 y dirigida a su amigo Manuel Mercado, llegó a afirmar con particular elocuencia: “…los que sienten la naturaleza tienen el deber de amarla: las alboradas y las puestas son el verdadero estudio de un artista: un pintor en su gabinete es un águila enferma.”
Precisamente en el trabajo identificado como Maestros ambulantes, reflejado en La América, Nueva York, en mayo de 1884, estableció una comparación entre la naturaleza y los seres humanos.
Expresó que la naturaleza no tiene celos, como los hombres; no tiene odios, ni miedo como los hombres; no cierra el paso a nadie, porque no teme a nadie; los hombres siempre necesitarán de los productos de la naturaleza.
Meses después, en ese mismo año y en la citada publicación, Martí resaltó que la naturaleza no es más que un inmenso laboratorio en el cual nada se pierde, mientras que en otra consideración que hiciera acerca de este tema manifestó en un trabajo publicado en el periódico “Patria” el 10 de abril de 1892 que la hermosura de la naturaleza atrae y retiene al hombre enamorado.
En sus poemas también se refirió a la naturaleza. Cito tan solo un ejemplo, aunque pudiera enumerar muchos, en este caso uno de sus Versos Sencillos en el que aseguró:
Yo sé del canto del viento
En las ramas vocingleras
Nadie me diga que miento
Que lo prefiero de veras.
Incluso los temas referidos a la naturaleza están presentes en las anotaciones que hiciera Martí en la última etapa de su existencia en el diario de campaña que llevó en su estancia en la parte oriental del territorio cubano entre el 11 de abril y hasta el día anterior de producirse su caída en combate el 19 de mayo de 1895.
Resulta impresionante apreciar las anotaciones de Martí en su diario, por cuanto evidencia cómo fue capaz de reflejar con certeza las características de las zonas por donde transitaba y hasta describir lo que hace una avecilla.
Y es que puede decirse que en los campos de Cuba, más allá del organizador de la guerra, del combatiente que deseaba con la fuerza de su ejemplo contribuir al desarrollo de la lucha por la independencia de su tierra natal, estaba igualmente el escritor amante de la naturaleza, el hombre de una gran sensibilidad.